El Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que el déficit público español alcanzará este año el 6,8 % del PIB y en 2013 se reducirá solo hasta el 6,3 %, cifras que superan ampliamente los objetivos fijados para ambos ejercicios.

El objetivo comprometido ante Bruselas para 2012 es del 4,4 % del PIB y para 2013 del 3 %.

Además, el FMI prevé que la economía española se contraerá este año el 1,7 %, mientras que en el próximo lo hará 0,3 puntos porcentuales.

Según el Fondo, las economías de España e Italia (cuyo PIB caerá el 2,2 %) registrarán las mayores contracciones de la zona del euro en 2012, que entrará en recesión (bajará el 0,5 %).

Por ello, el organismo ha vuelto a alertar sobre la necesidad de medidas "urgentes" para controlar la crisis de la deuda en Europa.

Pese a valorar las importantes medidas tomadas por las autoridades europeas en los últimos meses, el Fondo asegura que los riesgos de inestabilidad financiera han aumentado e insta a los dirigentes europeos a incrementar los "cortafuegos" y a aumentar los colchones de capital del sector bancario.

Las nuevas previsiones del FMI revisan a la baja los datos ofrecidos en septiembre pasado, con una reducción de 1,6 puntos para la economía de la eurozona en 2012 (el PIB caerá el 0,5%) y de 0,7 puntos para 2013 (un crecimiento del 0,8 %).

Además del riesgo aún no conjurado de las tensiones en los mercados de deuda soberana en Europa, el nuevo informe subraya que las medidas de rápido ajuste fiscal pueden ser contraproducentes y ahogar la débil recuperación en marcha.

"Un continuado ajuste es necesario para la sostenibilidad a medio plazo de la deuda, pero debe ser puesto en marcha a un ritmo suficiente que apoye el crecimiento en la producción y el empleo", afirma el documento.

España tiene ante sí dos años de contracción, del 1,7 % en 2012 y del 0,3% en 2013, algo mejor que su vecina Italia, para la que se prevé un descenso del 2,2 % en 2012 y un aumento del 0,6 % en 2013.

Por su parte, Francia crecerá en 2012 un 0,2 % y un 1 % en 2013, y Alemania, que se mantiene como motor europeo, lo hará un 0,3 % en este año y un 1,5 % el próximo.

No obstante, ambas economías no salen indemnes de la desaceleración europea de 2012, ya que estas cifras suponen un empeoramiento de las perspectivas de septiembre pasado de 1,2 puntos en el caso de Francia y de 1 punto en el alemán.

El FMI recomienda que a la vez que continúan "las medidas de ajuste fiscal, la política monetaria debe continuar apoyando el crecimiento, especialmente mientras las expectativas de inflación sigan estando ancladas y el desempleo siga en niveles elevados".

Por ello, considera "importante" que el Banco Central Europeo (BCE) lleve a cabo una "relajación adicional y oportuna de la política monetaria y mantenga las inyecciones de liquidez para mantener la confianza del euro".

Además, alerta de que los "cortafuegos" europeos, como el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), pueden "no ser suficientes para contener las tensiones de la deuda ante escenarios de presión".

Para restablecer la confianza tanto el fondo temporal, FEEF, como el permanente Mecanismo Europeo de Estabilización (MEDE) deberían "incrementar su tamaño y su flexibilidad en cuanto se presente la ocasión".

A la par, el FMI insiste en la necesidad de realizar una recapitalización ordenada de los bancos europeos para restaurar la confianza de los mercados y apunta que "debe ser realizada más por el lado de un aumento de capital que por el de la reducción del crédito".

"Una lista de bancos con poco capital, baja rentabilidad y vulnerabilidad a choques existe todavía en Europa y actúa como freno a la recuperación", afirma el organismo multilateral.

"Algunos de ellos deberían ser reestructurados y recapitalizados, o liquidados", agrega sin ofrecer detalles sobre qué bancos están en esa situación.

Por último, y ante los posibles efectos sobre el crédito de las sucesivas operaciones de desendeudamiento de los bancos para reforzar sus posiciones, el FMI plantea la posibilidad de que se cree un "guardián macroprudencial" paneuropeo.

"Un guardián es necesario para asegurar que los planes de desapalancamiento son consistentes para mantener el flujo de crédito, apoyar la actividad económica y evitar una espiral a la baja en los precios de los activos", concluye.