Escribir sobre el Realejo Bajo es comenzar y nunca acabar, por diferentes motivos que creo que están a la vista de todos.

Primero, sigo diciendo que la unión reventó y puso en el precipicio al Realejo de Abajo. Y los resultados están a la vista de todos. Es, sin duda alguna, el lugar más olvidado del municipio, y creo que nada nuevo estamos inventando. Un simple paseo por esta zona lo dice todo.

Después de la dictadura, y llegada la democracia, el Realejo Bajo sigue siendo la fosa que han cavado nuestros políticos, cuya obra aún está sin acabar, porque hondo más hondo, tal y como están las cosas, lo veremos. Y si no, tiempo al tiempo.

Segundo: ni los socialistas cuando gobernaban este municipio hicieron algo por darle vida a este lugar, ni nunca les preocupó su precario estado. Da la impresión de que en el Realejo Bajo está todo el pescado vendido, y no es verdad; también los socialistas abandonaron el casco histórico a pesar de nuestras insistencias y denuncias por mejorarlo.

Tercero: después de los socialistas nos llegó al Ayuntamiento de Los Realejos CC, que quería transformar el municipio anunciando un montón de millones que llegarían a esta localidad desde el Gobierno autónomo y desde el Cabildo si ellos ganaban las elecciones municipales. Resultado: una mentira que de piadosa nada tuvo, y que solo era una manera de arañar votos. Fuimos engañados como niños y nos quedamos tan campantes.

El Realejo Bajo siguió engañado, y el único trabajo realizado con el asombro de toda la vecindad por CC mientras gobernó ochos años en Los Realejos fue el llamado "parque de los perros", en vez de convertir aquellos terrenos en una zona de ocio o aparcamiento y haber construido una plaza amplia y en condiciones para celebrar actos de tanta categoría como el famoso ¡Realexo!, o quizás otras actividades de destacada resonancia.

Y eso no se tuvo en cuenta; no interesaba. Sin embargo, allí se gastaron muchos miles de euros en balde, porque al mencionado parque nadie acude. Ni siquiera los perros, que, dicho sea de paso, dejan sus excrementos en las aceras para decoro de todo aquel forastero que acude a este lugar.

Ahora les toca el turno a los populares ante una crisis que no hay por dónde atajarla, y que por supuesto va a impedir el progreso de este municipio.

A ellos, a quienes nos gobiernan ahora, les deseamos que tengan mucha suerte en su gestión, pero me da la sensación de que lo van a tener muy duro.

Y al mismo tiempo les recuerdo que, en la medida de lo posible, tengan muy presente al casco histórico del Realejo Bajo y no lo abandonen, como lo han hecho otros grupos de gobierno, porque creo que este lugar, declarado zona BIC, debe ser mejor atendido y tenido en cuenta en los planes del grupo de gobierno actual, ya que la asociación vecinal Las Dos Palmeras intenta desvincularse de los problemas aquí existentes, y, mientras, su presidente sigue en el trono repartiendo bendiciones sin que se le caiga la cara de vergüenza.