Esperanza V., tía de Yurena, declaró ayer que mantenía una relación muy cercana con su sobrina, a quien después de celebrarse el juicio donde se decretó una orden de alejamiento contra sus padres -a los que la joven acusó de darle una paliza-, "le ofrecí que se quedara en mi casa si las cosas no le iban bien" con el hombre casado con el que se la relacionaba. Este fue el mensaje que le transmitió a su sobrina justo en el momento en que "hacía las maletas" para marcharse de casa de sus padres.

Reconoció haber ido en varias ocasiones a hablar con la asistenta social del Ayuntamiento de Güímar, acompañando a su cuñada, la madre de la joven, una vez Yurena se había mudado a casa de Juan Daniel y Mª Ángeles y cuando la rumorología apuntaba que estaba sufriendo "malos tratos". Fue precisamente este hecho el que hizo que el día en que su sobrino la llamó para comunicarle el fallecimiento de la joven se dirigiera hasta el consistorio local para recriminarle a Belén G., la asistenta social, que "ellos tenían la culpa" de lo que había pasado.

Con un pañuelo de papel en la mano que la ayudaba ahogar el llanto, Esperanza explicó cómo el niño de Yurena se llamó Daniel, como el acusado, durante un tiempo y como una vez la guardia y custodia del pequeño recayó en su cuñada, le cambiaron el nombre.

Asimismo, en las numerosas ocasiones que fue cuestionada sobre el motivo que le impidió acercarse a la joven y averiguar si era cierta la información que circulaba sobre posibles malos tratos, Esperanza manifestó "que ya era mayor de edad y era libre de estar allí si quería".

La asistenta social

Por su parte, Belén G. P, la asistenta social, explicó ayer en su intervención que una vez presentada la denuncia por parte de la madre de Yurena, ella misma se personó en el domicilio de Juan Daniel y Mª de los Ángeles para realizar las comprobaciones oportunas Una vez allí pudo charlar con la joven madre, una mujer que según dijo la técnico municipal, aparentaba estar físicamente bien y estable, aunque en algunas fases de la conversación reflejaba cierta rabia contenida contra la figura de su madre.