El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, expondrá mañana a la canciller alemana, Angela Merkel, su plan de recortes y de reformas estructurales y ratificará el compromiso de España con la reducción del déficit público, convencido de que la UE debe dar apoyo a los países cumplidores y facilitar su financiación.

Rajoy viajará por primera vez a Berlín como presidente del Gobierno, pero será su segunda entrevista con Merkel en poco tiempo, ya que el pasado 8 de diciembre, cuando todavía no había sido investido, se reunió con la canciller en Marsella (Francia), donde el Partido Popular Europeo celebraba una cumbre.

El Gobierno alemán ha mostrado ya su "gran respeto" por las reformas españolas y conoce la determinación de Rajoy de rebajar el elevado déficit público hasta situarlo en el 4,4 por ciento del PIB a finales de año, si no se flexibiliza ese límite cuando se conozcan las nuevas perspectivas de crecimiento para la economía europea.

En una entrevista a varios diarios europeos y que ha sido publicada hoy, Merkel atribuye el alto paro juvenil en España a la legislación.

La cita con la canciller tendrá lugar a sólo cuatro días de que los veintisiete socios comunitarios celebren una nueva cumbre extraordinaria en Bruselas para cerrar los detalles del pacto fiscal que consagrará la regla de oro de la estabilidad presupuestaria.

Rajoy llegará con los deberes hechos, ya que se reformó la Constitución para incluir ese principio, y tendrá ocasión de presentar a la canciller los ejes de la ley que aprobará el viernes el Consejo de Ministros para imponer ese rigor presupuestario y penalizar a las administraciones que no cumplan con los límites de déficit.

En el Consejo Europeo informal de Bruselas se espera también que Merkel y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, presenten su plan para dar nuevos pasos en las políticas de austeridad al tiempo que se impulsa el crecimiento y el empleo.

Proponen, por ejemplo, según se ha filtrado a la prensa alemana, que para impedir que el estricto ahorro lleve a empresas a la ruina se establezca un fondo especial de crecimiento y competitividad alimentado con dinero procedente de otros fondos no agotados.

Ayer en Lisboa Rajoy garantizó que España apoyará todas las reformas necesarias para mejorar la competitividad de su economía, pero reclamó también "instrumentos de liquidez" que faciliten la financiación y que se apoye al país que "hace sus deberes, es serio y cumple su palabra".

La necesidad de un fondo de rescate europeo potente para evitar el contagio de la crisis griega y la aspiración de España de mantener un representante en el comité ejecutivo del Banco Central Europeo serán también asuntos que, previsiblemente, estarán encima de la mesa.