La reestructuración de la deuda de Grecia con sus acreedores privados será considerada "con toda seguridad" como un impago por la agencia de calificación Standard & Poor''s (S&P), que rebajaría así la nota del país hasta la insolvencia.

"Con toda seguridad lo mínimo que va a pasar en Grecia es un canje de bonos que cualificaría en nuestros criterios como impago", aseguró ayer el director general de S&P, John Chambers, en una conferencia sobre la crisis de deuda soberana organizada por la agencia de información financiera Bloomberg.

Para la agencia, cuando se produzca el canje de bonos de Grecia con sus acreedores privados significará un impago, por lo que el país verá rebajada aún más su calificación, ahora en "CC" (situación cercana a la insolvencia), probablemente hasta la nota más baja posible de "D", que indica que un país es insolvente.

"Si estuvieran implementando las políticas correctas podrían volver al mercado, pero su carga de deuda va a seguir siendo muy alta, así que su calificación después del impago seguirá siendo baja", añadió Chambers.

Pese a esas duras palabras, que se producen en un momento crítico para Grecia mientras trata de lograr un acuerdo para la condonación de una importante parte de su deuda, Chambers añadió que la quiebra "no destruiría necesariamente la imagen de la unión monetaria".

A su juicio, la clave para que no haya "un efecto dominó" es que el resto de los países del euro sigan adelante con los planes que vienen anunciando para luchar contra la crisis de deuda.