"El rescate de la memoria es un fondo inagotable de textos que no pasan de moda y son universales; sin olvidar un lenguaje riguroso, con la palabra como valor añadido, y la apertura a un amplio territorio para las actuaciones". Estas son las razones que, según argumenta, han llevado a Rafael Rodríguez (Arucas, Gran Canaria, 1964) a encauzar su trayectoria profesional hacia el teatro clásico. De todas formas, aclara: "El teatro clásico es muy gratificante si se hace bien, peor aterrador si sale mal". La compañía que dirige, 2CRTeatro, se despide hoy del teatro Guimerá de Santa Cruz con dos funciones del montaje "Abre el ojo", adaptación del texto de Rojas Zorrilla.

¿Qué supuso ser el primer canario en dirigir la Compañía Nacional de Teatro Clásico?

La Compañía tiene su director titular desde que la fundó a mediados de los ochenta Adolfo Marsillach. Tuve la oportunidad de dirigirla en Almagro hace un par de años en un texto poco conocido de Lope de Vega, "¿De cuando acá nos vino?". Supuso un gran experiencia en cuanto a formación y aprendizaje. De las amistades que hicimos han derivado colaboraciones con gente como Pedro Moreno en el vestuario, José Luis Massó en la escenografía, Nuria Castejón en coreografía o Yolanda Pallín, que ha adaptado el texto de "Abre el ojo".

Esta versión traslada la acción a Las Palmas. ¿Por qué?

Un amigo me animó a hacer algo "muy canario" sobre la base de un texto clásico. Dándole vueltas salió esta adaptación, fiel al original, pero con un verso que no es lírico porque se ha sacrificado en beneficio de la acción. Vegueta o Triana más que un espacio físico nos ofrecen el "clima" ideal. Incluso, Yolanda (Pallín) elaboró un plano de la ciudad para seguir paso a paso el relato por la geografía urbana. Los referentes son canarios, desde el zancocho a a nuestra música, con un punto cubano para culminar, pasando por el universo visual de Néstor de la Torre. Al factor estético siempre le doy bastante importancia.

¿Por qué se sitúa la trama en los años veinte del siglo pasado?

Nos pareció la época ideal porque la mujer se libera del corsé y de muchos otros tabúes. La clave está en una adaptación con chistes traducidos al lenguaje y al contexto actuales. El resultado es un todo, una globalidad que aglutina el trabajo de los actores, la iluminación, el sonido o la escenografía.

¿Y la referencia al Carnaval?

El Carnaval es el entorno, no el protagonista de la historia. Nos hacía falta para darle cuerpo al gracioso de la obra, un estereotipo clásico del XVII, que en este caso siempre está disfrazado. El bufón vive intensamente la fiesta y por eso aparece como un diablete de Teguise o un indiano de La Palma.

¿Es una obra para niños?

No, es para todos los públicos. Hay funciones para escolares, de 12 a 18 años, porque la faceta didáctica nos interesaba al poner en valor la palabra y el lenguaje en momentos de empobrecimiento de ambos.

¿El argumento de Rojas Zorrilla está todavía vigente?

Desde luego, porque plantea el juego del amor entre hombres y mujeres. Hay paridad, con cuatro actores y cuatro actrices sobre el escenario, en una guerra de sexos no violenta en la que el orgullo y el egoísmo hacen perder lo que más se quiere conservar. Todo con humor y en clave de comedia.

¿En qué momento está el teatro en Canarias?

(Silencio). Hay formación (yo me gradué en 1996 en la Escuela de Actores), también talento y producción, con compañías de gran nivel. Por otro lado, las instituciones deben impulsar y mantener elementos estructurales básicos como el circuito regional de artes escénicas, los espacios culturales o apoyar a las compañías canarias para actuar fuera. Este es un momento muy delicado porque en nombre de la crisis siempre se recorta primero en cultura. Si las cosas siguen así, las artes escénicas canarias se reducirán a un "teatro de maleta" porque todo cabrá en una de ellas. Ni siquiera en Estados Unidos la cultura se rige en exclusiva por la regulación del mercado.

¿La crisis puede fomentar la creatividad?

Eso es como el chocolate del loro. El hambre siempre ha estimulado la imaginación, pero no hace falta pasar hambre para ser creativo.

¿En qué momento está el proyecto "Canarias escribe teatro" que 2RCTeatro puso en marcha?

Esta crisis lo ha parado un poco, pero mantenemos la marca viva y la idea es potenciarla este año con talleres y un encuentro similar al que tuvimos en octubre de 2010 en el Teatro Guimerá. Hay gente como Maykol Hernández que participó en este proyecto y ha ganado el Premio Réplica al mejor texto.

¿Por qué 2RCTeatro?

Porque soy muy pudoroso. No significa más que mi nombre: dos "erres", de Rafael y Rodríguez, y la "C" de Cabrera, más Teatro.

¿Qué supone recibir premios, como los Max o los Réplica?

Un aliciente para seguir adelante, pero, usando un símil futbolístico, cada partido es nuevo y lo anterior solo sirve para el currículo.