Grecia y la gran banca privada están cada vez más cerca de llegar al ansiado acuerdo sobre la quita de, al menos, 100.000 millones de euros de la abultada deuda helena, después de varios meses de negociaciones.

"Se consiguió un importante acuerdo en asuntos legales y técnicos. Se hicieron progresos y las negociaciones continuarán mañana", anunció el Instituto Internacional de Finanzas (IIF), que representa a los bancos, tras la reunión de hoy con el primer ministro griego, Lukás Papadimos, y su titular de Finanzas, Evangelos Venizelos.

La parte griega suscribió ese optimismo y se refirió también a "un gran progreso" en el comunicado que el Ministerio de Finanzas publicó al término del encuentro.

Ya horas antes de la reunión de hoy, Venizelos aseguró que las partes se encuentran a "sólo un paso" de anunciar el plan para reducir a la mitad los 206.000 millones de euros de deuda en manos de los grandes bancos y fondos de inversión privados (de un total de 350.000 que debe el país mediterráneo).

También el comisario europeo para Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, dijo en Davos (Suiza) que el acuerdo está "muy cerca" y que se espera para este mismo fin de semana.

Según el portal Capital.gr, las partes habrían acordado ya rebajar el interés de los títulos de deuda depreciados, que sustituirán a los actuales, hasta el 3,5 % o el 3,6 %, por debajo del 4,25 % pactado la pasada semana.

Con todo, el presidente del IIF, el alemán Josef Ackermann, advirtió hoy de que no ve apenas margen de negociación, más allá del última oferta lanzada por los acreedores.

"El sector privado ya ha puesto sobre la mesa una oferta atractiva. Lo que estamos dispuestos a asumir implica una pérdida de casi el 70 %, lo que es ya demasiado", indicó Ackermann en declaraciones a la cadena de televisión alemana n-tv.

Se refería a las pérdidas que deberán asumir los acreedores privados, no sólo al borrar de sus haberes un 50 % de la deuda griega, sino también considerando la reducción de ganancias futuras al disminuir el interés de los títulos.

"Cada uno tiene que poner algo de su parte", añadió Ackermann, presidente saliente del Deutsche Bank.

En este sentido, cada vez se incrementan más las voces que exigen que el Banco Central Europeo (BCE) -el mayor tenedor de deuda griega- asuma también una parte en la quita, una opción que ya se baraja en las negociaciones, según diversos medios de Grecia.

De hecho, en una entrevista publicada hoy por el diario austríaco "Der Standard", el primer ministro luxemburgués y jefe del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, se mostró partidario de que los Estados europeos también asuman pérdidas de la deuda griega.

Con todo, fuentes citadas por Capital.gr explicaron que una quita de los bonos en manos del BCE se llevaría a cabo de forma paralela a la quita privada, pues el acuerdo sobre ésta ya lleva un considerable retraso.

La idea es tener un preacuerdo para presentar en la cumbre europea del próximo lunes y hacer la oferta pública "antes del 15 de febrero", dijo hoy Venizelos.

El calendario es de vital importancia dado que, según fuentes del Ministerio de Finanzas griego consultadas por Efe, se necesitarán al menos tres semanas de exposición de la oferta para que aflore toda la deuda y sus titulares.

Esta reestructuración tiene por objetivo que la deuda griega, actualmente superior al 160 % del PIB, se reduzca al 120 % en 2020, una cifra que se considera asumible.

De otra forma, los principales prestamistas de Grecia -la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)- no abrirían el grifo de un nuevo crédito por valor de 130.000 millones de euros, ya prometido en octubre.

Estos fondos son esenciales para que el Estado griego pueda hacer frente al pago de vencimientos de la deuda, unos 50.000 millones a lo largo de 2012 y, de ellos, 14.400 el próximo 20 de marzo.