El cadáver de un cetáceo de una especie de los rorcuales apareció ayer por la mañana en el litoral de Las Palmas de Gran Canaria, donde bomberos y personal de Salvamento Marítimo trataron de liberarlo durante horas de unas rocas donde quedó atrapado para llevarlo a tierra y analizarlo.

Unas zona rocosa de los alrededores del barrio marinero de San Cristóbal, a la entrada sur de la ciudad, han sido el escenario del varamiento del animal, un ejemplar de al menos diez metros de largo que presenta un claro estado de descomposición pero no tanto como para que no se pueda estudiar para intentar determinar las causas de su muerte, explicó el investigador Manuel Arbelo.

Desde el propio lugar del hallazgo, este docente de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y miembro de un grupo de alerta ante hallazgos de cetáceos que se activa cuando es preciso en diferentes islas y con el respaldo de diferentes instituciones avanzó que se espera poder efectuarle la necropsia necesaria para aclarar qué le ha sucedido. Para ello, efectivos de Salvamento Marítimo proyectan remolcar sus restos hasta el muelle del propio barrio de San Cristóbal e izarlo a tierra, una vez que los bomberos de la capital isleña hayan logrado liberarlo de las rocas en que quedó atrapado.

Luego será traslado a algún complejo medioambiental de la isla, ya que en la Universidad no se dispone de instalaciones para trabajar con un cetáceo de esas dimensiones, y allí se procederá a realizar su necropsia.

Para conocer las causas de la muerte será necesario acometer análisis pormenorizados de distintos tejidos que se extraerán de su cadáver, recordó Arbelo.

En espera de esos sus resultados, el científico admitió que solo podía avanzar, como primeros datos confirmados, que se trata con seguridad de un rorcual, una especie de ballena, si bien sin poder precisar todavía cuál.