Los robos en el municipio de La Laguna se han incrementado en los dos últimos años de forma alarmante, según fuentes de la Policía Nacional y la Local de La Laguna, debido no sólo al incremento poblacional de la ciudad Patrimonio de la Humanidad sino a la falta de medios técnicos como el no disponer los agentes nacionales de paisano de los vehículos correspondientes no identificados.

Dejando atrás la gran cantidad de robos de cuantías menores, en menos de tres años La Laguna ha soportado sólo con cuatro hurtos la pérdida de un millón de euros.

El primer gran robo se produjo el pasado año en el centro comercial La Hucha, cerca del Aeropuerto de Los Rodeos, donde los delincuentes, disfrazados como empleados de seguridad, se llevaron 550.000 euros, dándose la circunstancia de que estuvo a punto de producirse un tiroteo entre los falsos y los auténticos vigilantes de seguridad.

El siguiente robo en consideración fue en una vivienda en pleno centro de La Laguna, de la que los ladrones se llevaron 12.000 euros en joyas, aunque lo sustraído fue recuperado y los detenidos, instruidas las diligencias policiales, fueron puestos a disposición de la Autoridad Judicial.

El tercer robo representará para las arcas municipales el abono de 45.00 euros, por la sustracción de cable del alumbrado público para luego vender el cobre interior. Ello ha hecho que diferentes colectivos se hayan pronunciado en el sentido de que "habiendo no muchas chatarras en la isla de Tenerife, deberían ser más controladas, sin olvidar que los dueños de dichos negocios, al ver el volumen de cable, deberían saber que se trata de un material robado, por lo que, al no dar parte a la Policía, son también culpables".

El último robo en importancia fue el pasado martes en el centro comercial Alcampo, donde los delincuentes se llevaron 400.000 euros de una joyería, para lo cual los ladrones, de los que se ha dicho que forman un grupo bien organizado, accedieron al local a través de la realización de un agujero (butrón) en el techo que se correspondía exactamente con la joyería Oromax donde fueron sustraídas las joyas.

Tantos las fuentes de la Policía Nacional como de la Local coinciden en que "hay un incremento considerable de robos principalmente en las zonas comerciales y que proliferan porque cada vez el casco histórico es más visitado por personas de la Isla y de extranjeros con las rutas guiadas, lo que es un buen objetivo para el delincuente de turno".

Los agentes señalan que hay que extremar las precauciones, y admiten la presencia de grupos delictivos en los que participan hombres, mujeres y niños.

Aunque los policías de paisano tienen un teléfono al que llaman los comerciantes en caso de un atraco, los robos siguen, y la sociedad demanda mayor presencia policial en las calles y nadie entiende cómo los agentes de la Policía Nacional no tienen coches no identificados para poder desarrollar correctamente su trabajo.