El recinto ferial de Santa Cruz de Tenerife vivió la tarde-noche del sábado la tercera y última fase del concurso de murgas infantiles, la más numerosa en cuanto a público, pero la menos espectacular en cuanto a los grupos actuantes. A su conclusión se dio a conocer el fallo del jurado, que premió a Distraídos, Mamelones y Rebobinados, por este orden, en Interpretación, y a Mamelones, Sofocados y Rebeldes, en Presentación.

La sorpresa positiva de la tercera eliminatoria vino de la mano de la murga Lenguas Largas, que cuajó una actuación completísima y que despertó al público e hizo reír al jurado. La nota negativa la protagonizó Rebeldes, la murga infantil decana de la fiesta chicharrera. Los chicos de José Cortés, "El Pirata", tuvieron problemas con la vocalización en su primer tema, y, aunque fueron los mejores con su puesta en escena en el segundo, tampoco lograron el efecto deseado. Su público, eso sí, entregadísimo.

En la tercera y última fase también dejaron muy buenas sensaciones, aunque un peldaño por debajo de los dos grupos anteriores, Triqui-Traquitos y Guachipanduzy, mientras que El Draguito, Bambas y Carricitos mantuvieron el tipo. Chiripitifláuticos, en cambio, echó en falta un mayor número de ensayos y cubrió como pudo el expediente.

El Draguito.- Les tocó abrir el concurso y lo hicieron con un homenaje a aquellos murgueros que ahora están en otros grupos. En su primer tema, "Cómo valora el jurado a las murgas infantiles", se quejaron de lo de siempre: del jurado y sus valoraciones (pero eso es el concurso). Dijeron haberse quedado en el olvido por no ser una murga de nombre y de que se juega con la ilusión de los niños. Además, le recordaron a la Comisión de Fiestas que a ellos también les gustaría poder aprovechar el Carnaval de Día, que coincide con el coso. Aunque se les entendió perfectamente, en algunos momentos se les desacoplaron las voces. En su segundo tema, "Experiencia de los niños con los padres en la cabalgata de Reyes", también arremetieron contra Fiestas por la organización del acto. Aunque introdujeron algún toque de humor, como que el rey Baltasar "no es negro", e, incluso, repartieron caramelos, lo mejor fue el deseo final: "el año que viene será mejor". En algunos momentos de esta canción costó entenderles.

Rebeldes.- La expectación era máxima tras el varapalo del año anterior, en el que el fallo del jurado los relegó a la tercera posición, y tal vez eso les pasó factura. Tras una presentación muy enérgica arrancaron con "¿Al colegio británico o al de Taco? La educación no tiene precio?", un análisis de las diferencias entre la educación pública y la educación privada. Con la murga dividida en dos, los pijos y los otros, explicaron las diferencias que existen entre los centros privados y los públicos. En los primeros hay "laboratorios" a los que acudes con "bata" y el viaje de fin de curso es en el extranjero, mientras que en los segundos no hay tantos medios y hay que vender "polvorones" para viajar. Todo ello para acabar reflexionando que lo importante en la educación no es el dinero y que los niños de unos y otros centros tienen problemas similares. Aunque la canción resultó interesante, problemas de vocalización limitaron su efecto y le restó posibilidades. En su segundo tema, "El juguete de la abuela", dieron una vuelta de tuerca a la puesta en escena. Apareció cantando la mitad de la murga, y se le sumó la otra mitad apareciendo desde dentro de una caja de música, con los componentes disfrazados de bailarinas. El efecto visual, muy llamativo, pero poco más. Quisieron mostrar así la diferencia entre los juguetes de antes y los de ahora. "Cómo han cambiado los tiempos: ahora jugamos con videojuegos y ordenador", cantaron. Pocos argumentos para una murga tan grande.

Bambas.- Los grillos verdes de Raisa Jiménez, con letras y montaje musical del Bambón Julio Alexis Fernández, cantaron "¿Travieso yo? ¿Y tú?" y "No me critiquen por criticar". En el primero comenzaron cantando la historia de un niño desde que nace hasta que llega al colegio, para acabar arremetiendo contra los "caraduras" políticos. Aunque suene raro, fueron los primeros que mencionaron en sus letras a Miguel Zerolo, alcalde de Santa Cruz hasta el año pasado, y a Ángel Llanos. Tal vez por que no se les entendió en algunas partes de la canción se perdió el hilo argumental. En su segundo tema criticaron el mal reparto del dinero en el mundo, la ONU incluida, y los recortes en educación. "Las injusticias no me las pienso callar; hay que luchar por los demás", cantaron. Una letra demasiado seria para un grupo de niños. Y lo reconocieron.

Chiripitifláuticos.- La franqueza de su director, Maikel Nazco, antes de comenzar a cantar acabó con cualquier expectativa: solo llevamos un mes y medio ensayando. Se notó sobre todo en su primer tema, "El supermercado", en el que intentaron narrar las peripecias propias de un día de compras con papá y mamá en el supermercado, en el que los niños se aburren. Poco que decir porque costó mucho entenderles. En su segunda canción, "Verdades de murgueros", arremetieron contra todo lo que rodea al Carnaval: cada vez es más complicado salir; hay que pagar por todo. Además, dijeron que el concurso de murgas infantil es "una farsa" y le dieron un recadito a otros grupos por apagar los micros de los más pequeños para no desafinar. Otra letra perdida para denunciar problemas internos de la fiesta. Y esta vez sí se les entendió bien.

Lenguas Largas.- Apuntaron maneras desde la presentación, y no defraudaron. Dirigidos magistralmente por Yeray Vargas, en "Yo te quiero enseñar" narraron las dificultades que entraña cuidar de un hermano menor, desde sacarlo de la guardería hasta evitar que meta los dedos en el enchufe, o ayudarle a hacer la tarea. Aprovecharon la tesitura para quejarse de lo cara que es la educación y para destacar los esfuerzos que hacen los padres con sus hijos (homenaje a mamá incluido). Acabaron con una reflexión: somos privilegiados; hay muchos niños en el mundo que lo están pasando mal. Con una selección musical muy acertada, combinaron muy bien crítica y humor, con el único pero de que alguna estrofa costó descifrarla. Su segundo tema, "Creo que me estoy enamorando, y como sé que me estás escuchando te lo digo cantando", es un ejemplo de humor. Contaron la historia de un adolescente que quiere declararse a una compañera y no encuentra el momento oportuno por tanto ajetreo con la murga. Cuando llega el momento -parodia incluida-, el hermano menor frustra la operación. Motivó la risa del público. Aprovecharon también para dar un recadito a la Comisión de Fiestas por tanto desfile para las murgas infantiles y para alertar de los peligros de las redes sociales. Una letra muy completa, incluso con una parte en inglés (el tono del móvil).

Guachipanduzy.- Con Lara Coello al frente, completaron una actuación muy aceptable. "En recortes, recortes y más recortes", su primer tema, denunciaron los "tijeretazos" en servicios básicos como la sanidad. "Fui al pediatra y para verme la garganta usó medio palito; el otro medio era para el siguiente", dijeron. También tuvieron toques de humor, pues los recortes también afectaron al alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez. "Por eso se quedó chiquitín", cantaron. Además, lanzaron otro recadito a Fiestas por haberlos colocado en la final de murgas adultas de 2011 en un lugar en el que no veían a sus mayores, aunque, al contrario que el resto, excusaron la rebaja en la subvención si el dinero es para algo necesario. Todo un detalle. Muy bien en vocalización. Tal vez les faltó más variedad musical. Sí la tuvo su segundo tema, "El regreso de Robin Hood", en el que, sin embargo, volvieron a aflorar temas internos de los grupos. Denuncia a la Federación de Murgas Adultas por organizar los actos sin contar con los niños. No obstante, y haciendo alusión a su fantasía de héroe de los pobres, se erigieron en defensores de los que menos tienen. "Quitaría dinero a los ricos para que ningún niño se quede sin estudiar", cantaron, a lo que sumaron también que eliminarían las dietas de los políticos para ayudar a todos aquellos que usan los comedores sociales. Por ayudar, ayudarían también al Tenerife a salir de 2ª B. Salvo alguna estrofa, un tema muy original.

Triqui-Traquitos.- La tribu africana optó por convertirse en bebé en sus dos temas. En el primero, de crítica, "Con los pañales puestos y el biberón tomado, nos vamos a la cuna que estamos agotados", denunciaron asuntos del Carnaval y de la sociedad en general: las entradas agotadas para ver a los reyes en el estadio, el concurso es una pesadilla, con la crisis cada vez nos quitan más... Costó seguir el hilo argumental. Su segundo tema, "Mi primer día en la guardería", dejó muestras de la factoría Triqui. También de bebés, narraron el primer día en la guardería con personajes tan variopintos como Justin Bieber, José Manuel Bermúdez ("el que manda aquí") o Cristina Tavío, "que se quedó sin nada y se puso rabiosa", con música de Shakira. Genial la puesta en escena y la sátira.

Carricitos.- En su primer tema, "Si no lo digo reviento, ento, ento", criticaron la situación de algunos niños en el mundo, y advirtieron a Fiestas de que con los más pequeños no se juega. Muy bien en vocalización, pero demasiado serios. En su segunda canción, "No creas que por ser menor no me entero", se quejaron de que no les hacen caso por ser pequeños. Calificaron de "horterada" el cartel del Carnaval, "que un niño pinta con más cariño y respeto". No les acompañaron las voces.