La Octava Ganadera de La Matanza de Acentejo volvió a arrancar ayer con la peregrinación ganadera "De promesa, camino a San Antonio". Centenares de ganaderos y animales recorrieron los 12,5 kilómetros que separan la Montaña del Aire, en La Laguna, del templo de San Antonio, en La Matanza. Un itinerario que durante siglos fue realizado por "quienes vivían directamente de sus animales y encomendaban en el santo patrono la salud y prosperidad de su ganado", según destaca el Ayuntamiento matancero. El Consistorio y la Asociación de Ganaderos de Tenerife (Agate) recuperaron esta tradición en el año 2010.

Desde el ayuntamiento se hace hincapié en destacar que los grandes protagonistas de esta ruta son los ganaderos y sus vacas, "de manera que no son un elemento accesorio o complementario como sucede en otro tipo de manifestaciones festivas como las romerías, sino el eje central de la fiesta".

Los centenares de peregrinos fueron recibidos en la plaza de San Antonio, escenario de representaciones teatrales sobre la historia del barrio y su fiesta, desde sus inicios en la batalla de Acentejo hasta la actualidad.

"La tradición y la historia sitúan a la imagen de San Antonio venerada en La Matanza como la primera escultura de un santo que llegó a Tenerife una vez finalizada su conquista, algo lógico si tenemos en cuenta que su presencia en el pueblo y el comienzo de su culto está directamente relacionado con la figura del madrileño Antón Vallejo", indican fuentes municipales.

"Vallejo fue escribano del Cabildo de La Laguna y acompañó a Fernández de Lugo en la célebre batalla de Acentejo, cuyo frente principal se debió desarrollar en las inmediaciones del templo actual. Fue durante la contienda cuando Vallejo, viendo peligrar su vida, se encomendó a su patrono y prometió erigirle una ermita si salía con vida de la batalla, voto de fe que cumplió a los pocos años. Consta documentalmente que el templo primitivo estaba ya construido en 1539, así como su patronato y capellanía", según relatan desde el consistorio.