Sergio Hernández de León Perdomo (Santa Cruz de Tenerife, 1950) celebra este año 42 años en murgas, de los cuales los últimos 35 han sido en la Afilarmónica Ni Fú-Ni Fá, aunque esta edición no estará en la fila. Árbitro, profesor, "amigo" del rey Melchor, murguero... En Sergio Hernández de León se dan muchos condicionantes para ser jurado de murgas infantiles, como ocurrió este año por segunda vez, pues ya estuvo cuando José Carlos Acha fue concejal de Fiestas.

¿Cómo comenzó en murgas?

Mis primeros siete años como murguero fueron con Triqui-Traques, que por entonces ensayaba en el Círculo de Amistad. Un día me dijeron los hermanos Rafa y Antonio González que les hacía falta una persona como yo que le diera alegría a la murga. Fue en 1970. Luego pasé a la Ni Fú-Ni Fá, y en los últimos 30 años compaginé la secretaría de la sociedad con la de componente. Llegué a confundir aquello; creí que era mi segunda casa y me entregué...

Es la segunda vez que ha participado de jurado en infantiles. La otra vez fue hace ocho años. ¿Han evolucionado los niños?

Las murgas infantiles han dado un giro para bien; algunas se han quedado atrás por falta de ensayos o financiación. Casi la mitad estaba genial. Esperaba ver disfraces más pobres y me sorprendieron en positivo. Ha habido un nivel alto de Interpretación, aunque yo reivindico más humor. Humor hubo justo, me esperaba más. Había algunas canciones que parecían hechas para murgas adultas. No vi palabras soeces, y eso es importante. Se ve que hay más gente adulta involucrada en las murgas infantiles.

¿Cuál fue la murga que más le gustó?

Coincido con el resultado final del jurado, al que yo también aporté mi puntuación. Quizás una arriba o una abajo... Con eso de que se suprime la nota más alta y también la más baja... Igual hubiera faltado alguna otra. Salí satisfecho y el jurado dio la cara con honradez y vio la reacción del público.

¿Qué diría a los descontentos del veredicto?

La gente que está descontenta puede ser primero por la subjetividad de su propia murga y, segundo, porque no han visto a las murgas como quedaron clasificadas al final. Invito a cada representante de las murgas a votar a nuestro lado, por todas menos por su murga, y poco cambiaría el fallo. Hay ocho murgas que podían haber sido premiadas; quedaron cuatro. Nosotros salimos contentos, era un jurado muy heterogéneo. Había una actriz, un músico, un murguero, una bailarina, un cantante...

¿Durmió bien después del fallo?

He dormido plácidamente, convencido de haber hecho con toda mi honestidad el deber que me encomendaron. Valoré la parte pedagógica, la crítica, el humor, las voces y su vocalización.

¿Qué valora en una murga infantil?

Valoraría otras cosas respecto a lo que se valora en la actualidad en una murga infantil. Ahora se premia con tres puntos la crítica y con dos, el humor. Y, luego, tres de interpretación y dos de voces. Hecho en falta en un 80% de las murgas infantiles la pita; le daría medio punto. Ahora los niños tararean pero no usan la pita, y algunos ni llevan los instrumentos. Pueden evolucionar y que lleven trompetas con membrana. Y eso lo notamos y lo echamos en falta.

¿Las bases le permiten al jurado seguir la actuación leyendo las letras?

Sí, lo que pasa es que yo utilizo las letras como un apunte. Si hay algo que no entendía, iba y lo leía; estoy todo el tiempo pendiente porque me encanta la gesticulación. A veces, una mano, una mirada te está transmitiendo una risa y si estás leyendo no te estás enterando.

A la vista del resultado de la votación. ¿Cuál es el estilo que ha ganado?

Ha ganado la mezcla de todo. No hace falta llenar todo un escenario de habitaciones o coches si lo haces con un diálogo entre padres y madres; incluso vimos un colegio público y otro privado... Eso da madurez. Además, si te fijas en una carrera de coches o en otra representación, te puedes perder la letra.

¿La parodia puede ir en contra del resultado final de la actuación?

La parodia no puntúa, al menos en Interpretación; puede que dé algún valor en Presentación. Quitaría más las parodias. Además, luego vas por ahí a cantar y los niños no se llevan todo el tinglado, y esas son sus letras y las que han ensayado.

¿Qué tienen que envidiar las murgas infantiles de las adultas?

El niño es niño y tiene que ir con sus problemas, lo que le afecta.

¿Las letras estuvieron acordes a su edad?

Sí, estuvieron a la altura de las murgas infantiles, que las cantaron en la mayoría de los cosas; también hubo quien reivindicó más. Es complicado cuando alguien que hace letras a las murgas adultas las hace a una murga infantil, porque tiene que ponerse a la altura de los niños. Yo envidio al maestro de Infantil.

¿Cuáles fueron los temas más recurridos de los que se percató?

El 80% de las murgas reivindicaron la cabalgata de los Reyes Magos, la posible suspensión de la fiesta y la recuperación del helicóptero; eso como punto estrella. También reclamaron que no les den entradas alejados del escenario en la final de murgas, sino donde puedan ver y aprender. También reprocharon que el coso infantil coincidiera con el Carnaval de Día, o cómo les gustaría que fuera el ayuntamiento, la seguridad, la crisis, cortes, recortes... o la hambruna. Me llamó también la atención la canción de la hucha, que además sirvió como instrumento musical, y eso hay que valorarlo también. Soy partidario de utilizar más humor y no tener letras tan ácidas. A veces, parece que las adultas cantan enfadadas y ya estamos acostumbrados a leer lo que cantan en los periódicos. Echamos de menos humor; cuando viene el Carnaval uno lo que quiere es sonreír. Puntuaría más el humor, insisto. En las tres fases me reí; pero me hubiera gustado reírme más.

¿En algún momento se planteó no dar un doblete a alguna murga?

No, eso no. Yo, por ejemplo, pedí dar un accésit más en Interpretación, que hubiera sido para Sofocados, pero me dijeron que no estaba contemplado en las bases.

¿Eres partidario de una final infantil?

Pedagógicamente incluso decíamos que no queríamos suspender a ninguna murga. Sí haría una primera y una segunda división. Al final te ves en un listado en el puesto 24... y, si no, igual que los mayores, tres fases, un día de descanso, y una final con las 8 mejores. Pero yo también incluiría una mejora en las murgas adultas: sumaría a la puntuación de la final la nota que tengan en fase, y así se puntúan las cuatro canciones. Pero está claro que eso no está en las bases.