DE NUEVO nos vemos obligados, al comienzo de uno de nuestros editoriales, areferirnos a noticias publicadas en nuestra primera página. Referencias que no son nada halagüeñas porque Canarias, por desgracia, va mal. Va mal porque no puede ir bien mientras presida su Gobierno autónomo -la simple existencia de un Gobierno autónomo es una afrenta a nuestra dignidad y un retraso para nuestra economía, pues a estas alturas hace tiempo que deberíamos ser una nación independiente con su estado- el botarate político que, acompañado por su esposa -auténtica presidenta en la sombra- y otros políticos inútiles de CC nos están abocando a un abismo del que no podremos salir si no reaccionamos inmediatamente. Una reacción que no puede ser otra que la de obligar a Paulino Rivero a dimitir, pues está visto que por iniciativa propia jamás dejará el poder. Tan grande es su afán por gobernar, que ha sido capaz de sacrificar a CC; un partido que por su culpa está dividido y al borde de la desaparición. En la tercera isla ya no existe y en Tenerife los resultados obtenidos por la quícara Oramas en las últimas elecciones deberían llevar a los líderes nacionalistas -aunque este no es un nacionalismo auténtico sino falso y políticamente bolsillero- a una profunda reflexión; a un cambio de rumbo que no puede ser otro que señalar la soberanía, la independencia de Canarias (si les da miedo la palabra independencia, pueden usar en su lugar soberanía) como un objetivo irrenunciable.

NO lo decimos solo nosotros: los grandes males de Canarias provienen de nuestra esclavitud colonial. Porque que nadie se engañe: somos esclavos administrativos de los españoles. No podemos hacer nada por nuestra cuenta: ni administrar nuestros recursos (unos recursos, tanto los actuales como los potenciales, que nos permitirían vivir como las naciones más ricas del mundo, según han manifestado reputados economistas), ni establecer las leyes que más convienen a nuestra idiosincrasia, ni tener tribunales con jueces que nos juzguen sin rencor, ni establecer relaciones internacionales con los países, vecinos o no, que más nos convengan, ni disponer de unas aguas que nos corresponden de acuerdo con el Derecho Internacional pero que hoy, en virtud de esas mismas disposiciones legales, son propiedad de Marruecos.

NOS duele CC por dos motivos. Ante todo, porque es un partido en el que confiamos y por el que apostamos. Lo hemos dicho en alguna ocasión y lo repetimos ahora: EL DÍA hizo a CC. Sin el apoyo de este periódico, muchos de sus líderes no hubiesen llegado a nada en su aventura política. Nosotros hicimos que Paulino Rivero fuese alguien políticamente hablando. Lo sacamos de El Sauzal y lo elevamos hasta las más altas cotas de poder en estas Islas. Pensábamos, y así lo expresamos repetidamente en nuestros editoriales y comentarios, que era el líder adecuado para encabezar la delegación canaria que negociase con la metrópoli el traspaso de poderes. Creíamos que su moderación a la hora de no pedir abiertamente en Madrid, e incluso en los foros internacionales, la independencia de Canarias estaba motivada por un respeto a su cargo de presidente autonómico. Estábamos convencidos de que cuando llegase el momento no solo de hablar, sino también de actuar decididamente para acabar con la sumisión colonial de esta tierra nuestra, que también es su tierra, actuaría con pulso firme. Cuánto nos equivocamos. Ahora sabemos que Paulino Rivero ha traicionado políticamente a su propio pueblo. No vale como cabeza visible de un movimiento independentista que requiere, por su propia naturaleza, hombres y mujeres enérgicos. Pacíficos, pues siempre hemos repudiado la violencia y lo seguiremos haciendo, pero con la frente alta y una intransigencia absoluta respecto a la imperiosa necesidad de que los canarios tengan su identidad, su dignidad y su libertad.

ESTAMOS hablando de unos ideales nobles que en modo alguno puede encarnar Paulino Rivero pues él, siempre refiriéndonos a su faceta política y no a aspectos personales, carece de altas ideas. Es un truhán político que solo piensa en sí mismo, en sus allegados y en sus amigos, pero no en el pueblo que pasa hambre porque no tiene trabajo. Un hecho que nos lleva a esa noticia de primera página de EL DÍA, en concreto la noticia de nuestra portada de ayer lunes: "La destrucción de empleo se ceba con los jóvenes". Una noticia con un subtítulo también para echarse a llorar: "En Canarias se perdieron 26.400 empleos en 2011". ¿Quién es el culpable de esta situación?, nos preguntamos un día más. ¿Quién puede serlo salvo el que preside, despótica y torpemente -políticamente hablando-, el Gobierno regional?

ESTO nos lleva a esa segunda consideración sobre CC de la que también hablábamos antes. También nos duele la situación de este partido porque sabemos que en sus filas militan patriotas que, como señalábamos en nuestro comentario de ayer, quieren lo mejor para este Archipiélago. Y lo mejor es su independencia. Qué pena que estas personas, auténticos canarios amantes de su tierra, estén silenciadas por las imposiciones de Paulino y su caterva política. Si esos nacionalistas auténticos no dan un puñetazo sobre la mesa, toman las riendas del partido y expulsan de forma inmediata -cada día que transcurra supone un daño letal para Canarias- a Paulino Rivero y a Ángela Mena, delenda est CC.

APAULINO Rivero ya no lo apoya nadie -en esta casa tiene las puertas cerradas por su bellaquería política- salvo unos pocos mariachis, incluidos dos periódicos a los que subvenciona con el dinero de todos los canarios para que lo entrevisten, le publiquen fotos y hablen bien de él. En eso gasta el dinero y no en la alimentación de unos niños que, según Cáritas, se ven obligados a comer mendrugos de pan duro. Lo que le preocupa a este déspota político, insistimos, es salir bien erguido en las fotografías, como lo haría un presidente norteamericano de visita en Guantánamo o en cualquier país oceánico con una dependencia semicolonial de los Estados Unidos. Piensa este necio político que saliendo erguido en las fotos se resuelven los problemas de Canarias. No es así, porque hay que tener cabeza para gobernar; no poses, sino cabeza.

PAULINO Rivero debe ser eliminado políticamente porque su continuidad es una desgracia para estas Islas. No podemos consentir que tanto él como su esposa, la copresidenta, hundan más a estas Islas. Por eso instamos a que los patriotas de CC actúen cuanto antes. Cada día que pierdan puede ser definitivo, irreparable. Si les duele la tragedia de esta tierra, si se les saltan las lágrimas por el hambre que sufren muchos de nuestros compatriotas, por el amor de Dios, hagan algo para quitarnos de encima a esta pareja.