"El Cuadrilátero se hunde". Así de tajante fue el dueño de uno de los locales de dicha zona lagunera de ocio nocturno al explicar que la crisis, los impuestos y la poca colaboración por parte del Ayuntamiento de La Laguna están contribuyendo a una espectacular bajada los fines de semana, cifrada de 9.000 a 3.000 personas.
Este empresario dijo que "ya no estamos viviendo con nuestros negocios sino sobreviviendo y no llegamos a fin de mes" y precisó que la situación es tan crítica que en su caso -y conoce más- de los cuatro empleados que tiene para atender el negocio tendrá que dejar a dos en el paro.
Por si fuera poco, tiene que pagar sumando todo tipo de impuestos más de 3.000 euros cada tres meses, lo que hace la situación mucho más insoportable.
La crisis, unida a lo que los empresarios denominan "un acoso injustificado por parte de la Policía" con la aplicación de multas y falta de defensa por parte del ayuntamiento de un sector comercial que aglutina a más de 200 locales, ha motivado que muchos negocios hayan cerrado y luzcan en sus fachadas los carteles de "se vende", "se alquila" o "se traspasa".
Los jóvenes que antes consumían en los diferentes pubs ahora se aglomeran por fuera de los mismos y hacen botellones, utilizando dichos locales como lugares de encuentro y disfrutando de la música que llega hasta la calle. "Esto -precisó otro comerciante- no se puede permitir ya que la presencia de los jóvenes consumiendo en las aceras provoca que clientes que desean entrar en nuestros negocios se vayan".
La zona afectada, denominada El Cuadrilátero, comprende los locales ubicados en las calles Doctor Antonio González, Elías Serra Rafols y Heraclio Sánchez.
El último año ha sido calificado por los empresarios de "desastroso", ya que a los problemas citados han añadido la Ley del Tabaco, las críticas de los vecinos que viven en la zona y la "persecución" de la Policía, por ser muy elevada, y a veces sin motivos, la puesta de multas por ruido sin haber realizado antes los agentes una medición acústica, como precisan los dueños de los pubs que debe hacerse.
Al parecer, señaló el mencionado afectado, "se ha perdido la colaboración estrecha que había entre los empresarios del ocio nocturno, el Ayuntamiento de La Laguna y la Policía Local". Ello le llevó a solicitar que se garantice la seguridad, que si bien está presente dentro de los locales no ocurre lo mismo en la calle. En este sentido, cuando este periódico realizó un reportaje en el lugar, titulado "El Cuadrilátero del desamor", constató que una vez que agentes de la Policía dijeron que se retiraban sin novedad en la noche, justo media hora después se desencadenaron los actos vandálicos y las peleas en las calles y aceras.
Los empresarios son conscientes de que una persona que salga a la calle con un vaso en la mano y beba en la vía pública, será sancionado con elevadas cifras, pero también admiten que es muy difícil evitarlo, por mucho control existente en el bar, ante la masificación de clientes.
Un representante de una de las asociaciones de comerciantes de La Laguna, que prefirió mantener también su nombre en el anonimato, manifestó que la zona comercial y de ocio no sólo es la del casco histórico sino también la de El Cuadrilátero, de cuyos 200 locales viven muchas familias. Añadió que al no haber ayuda por parte del Ayuntamiento de La Laguna ni de la Policía como se debiera, está motivando el cierre de locales y hasta la venta de pisos en los que vivían familias y estudiantes universitarios.
El caso más próximo de síntoma del decaimiento de El Cuadrilátero fue la noche de Fin de Año, que ha sido calificada de "caótica", ya que la mayoría de los negocios tuvieron más pérdidas que ganancias.
Los empresarios de esta zona de ocio nocturno han realizado numerosas peticiones al Ayuntamiento de La Laguna que aún siguen esperando que se hagan realidad, como, por ejemplo, un incremento de los servicios de limpieza, mejoras en las zonas ajardinadas y acometer las deficiencias del alumbrado público en beneficio de la seguridad de quienes acuden a los diferentes pubs.