La indigencia no entiende de estratos sociales ni de nacionalidades. Cae como una losa sobre las personas y la expresión "empezar de cero" se vuelve más real que nunca.

Éste es el caso de Marco. Italiano de 46 años y residente en el Albergue municipal de Santa Cruz desde hace dos meses.

Con estudios universitarios (Universidad Artística de Milano), Marco explica que durante 20 años trabajó en el mundo de la moda, que tuvo, incluso una tienda. Ha sido también "restaurador de cosas antiguas" y "diseñador de complementos de moda". "He tenido alguna tienda mía pero la cerré", explica, para detallar que en Italia la crisis económica golpeó fuerte y que tuvo que cerrar y vender sus cosas (la tele, el coche...) para pagar deudas.

Después, con sólo una maleta, decidió dedicarse a viajar por España. Asegura, no obstante, que durante el viaje le robaron todas sus pertenencias y sus documentos de identidad.

Asegura que lleva sólo tres meses en España y que pasó cinco días en Barcelona, ocho en Valencia y 8 en Cádiz, donde tomó un barco con destino a Santa Cruz. El resto del tiempo estuvo viajando en tren o haciendo autostop.

"Cuando llegué a Santa Cruz no tenía nada y en el Albergue me lo han dado todo", asegura. Ahora, aprovecha su estancia en el recinto para "escribir un libro con la historia de la gente del Albergue". "La vera vida es aquí", dice, para añadir que "la persona que no tiene nada da un valor a las cosas que tiene muy alto".

Entre el tarot y la limosna

Mientras termina su libro consigue dinero trabajando como tarotista o pidiendo dinero en la calle. Comenta que ya había desarrollado tareas de astrólogo en un periódico de Italia. "Esta isla tiene mucha magia", explica. Marco considera que se pueden hacer muchas cosas "con la magia del volcán y la energía que tiene la gente de aquí".

Por todo esto y también por el clima, Marco quiere quedarse aquí a vivir. Trata de conseguir un trabajo que le ayude a pagar un alquiler y a establecerse fuera de los muros del Albergue.

Para ello asegura que el personal del centro le ayudó a rehacer su curriculum con los ordenadores del centro.

Marco afirma que no le queda nadie en Italia y que, por ese motivo, no llamó ni recurrió a nadie cuando se quedó sin dinero.

A pesar de su difícil situación, este súbdito italiano cree que "esta experiencia" le está "dando mucho".

Ahora, repite, busca trabajo para establecerse y empezar la que podría ser su séptima vida. Esta vez, en Tenerife.