"Viajo porque es divertido. Lo haré hasta que me apetezca, puede ser hasta mañana o hasta que tenga 80 años. No me lo planteo".

Así de sencillo lo dice Albert Casals, un joven catalán de 21 años, a quien se le olvida explicar que una leucemia infantil lo dejó en silla de ruedas a los cinco años y que desde que tiene 14 recorre el mundo haciendo auto-stop solo y sin dinero porque le divierte.

De paso por Madrid para presentar su segundo libro, "Sin fronteras", narra su recorrido por más de cincuenta países, algunas veces en condiciones extremas, con la misma naturalidad con la que otros hablan de sus fines de semana en una casa de la sierra.

"Mañana me voy de viaje", comenta antes de relatar que Ediciones Roca le ha ofrecido un billete de avión de ida y vuelta Madrid-Barcelona para promocionar su libro, pero les ha dicho que la vuelta la prefiere a Asturias. "Desde allí ya veré a dónde voy".

A lo largo de la entrevista es difícil darse cuenta de en qué momento Albert deja su silla de ruedas para sentarse en otra silla y en qué momento se sube a una mesa para ver un mapa colgado en unas de las paredes de la editorial.

Extremadamente ágil, delgado, con cara de niño, unos grandes ojos azules y el pelo teñido, Albert asegura que nunca planifica sus viajes, solo elige un destino. Y sale de su casa con su inseparable silla de ruedas y una mochila en la que lleva algo de ropa, un saco de dormir y una tienda de campaña.

Albert planifica su vida de una forma muy sencilla: "Un año viajo y el otro lo paso en Cataluña"; allí estudia Filosofía, inspecciona edificios abandonados, juega a videojuegos o lee ciencia ficción.

En 2009 Albert Casals publicó su primer libro, "El mundo sobre ruedas", en el que narraba su paso por casi toda Europa, el Sureste asiático, Latinoamérica y Japón, un viaje que acometió en solitario.

Dos años después, decidió embarcarse en una nueva aventura y, de nuevo haciendo auto-stop y sin dinero, salió de su casa de la localidad catalana de Esparraguera rumbo a Sudamérica, África y Asia. Pero esta vez sí hubo un gran cambio en su viaje. Lo hizo en compañía de Anna, su novia.