La sección cuarta de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional ha condenado a 13 años de cárcel a la miembro de los GRAPO Gema Rodríguez Miguel por su participación en dos atracos en sucursales de La Caixa en Madrid en abril y mayo de 2002.

En una sentencia notificada hoy, el tribunal, integrado por la presidenta Ángela Murillo y los magistrados Teresa Palacios y Juan Francisco Martel, condena a Rodríguez Miguel a la citada pena por dos delitos de robo con intimidación con fines terroristas y que indemnice a la entidad bancaria con 25.920 euros, que fue la cantidad total sustraída de amabas sucursales.

La sala considera probado que el 23 de abril de 2002, la acusada entró en la primera de las sucursales y pidió información sobre un plan de pensiones, momento en el que Jesús Merino del Viejo -condenado por estos hechos a la misma pena- entró en el local y dirigiéndose a la mesa de la empleada dijo: "esto es un atraco, levanta las manos", tras lo que Rodríguez Miguel le advirtió de que "como intentara hacer cualquier tontería, la iban a matar".

Según señala la sentencia, la empleada, que se hallaba sola en la sucursal, obedeció a Merino y le condujo hasta la caja fuerte, momento en el que la trabajadora "pudo observar" que este portaba una pistola en el bolsillo de su pantalón.

Merino y Rodríguez Miguel obtuvieron un botín de poco más de 7.000 euros, "ausentándose después con toda tranquilidad" del banco, situado en la calle de Camino de Vinateros, "no sin antes apercibir a la empleada que no abandonara el búnker" de la caja fuerte.

El 10 de mayo de ese mismo año, Merino, la acusada y Mónica Refojos -condenada por este atraco a 6 años y medio- entraron en otra sucursal de La Caixa y, tras preguntar por la adquisición de una tarjeta joven, el primero se levantó el jersey y "exhibió a la empleada una pistola que portaba en su pantalón".

Ese gesto "generó un estado de miedo" en la joven, que atendió a la petición de Merino y abrió la caja fuerte, de la que se llevaron 19.300 euros.

Tras encerrar a la empleada y a un cliente en el cuarto de baño del local, situado en la calle del Concejal Francisco Jiménez de Madrid, los tres atracadores se dieron a la fuga.

El tribunal basa la sentencia condenatoria en el testimonio de las dos empleadas y el cliente que encerraron en el segundo atraco, varios testigos, que reconocieron a la acusada, y en la declaración que el propio Merino prestó ante la Policía, en la que reconoció los hechos, si bien en el juicio celebrado el pasado 21 de diciembre negó que Rodríguez Miguel -pareja sentimental- participara en ellos.

Para la sala, estas pruebas de descargo "no contrarresta en lo más mínimo el valor incriminatorio de las pruebas de cargo analizadas, ni tampoco lo hacen otros factores puestos de relieve por la defensa", como el hecho de que la acusada se encontraba presa en Francia cuando sucedieron los atracos.

El motivo, explica la sala, se debía al error que figuraba en el escrito de conclusiones provisionales del fiscal, donde aparecía que el primer atraco tuvo lugar el 23 de abril de 2003, en vez de 2002, y critica que "la defensa se aferró al error padecido, que fue subsanado en tiempo y forma", e hizo "caso omiso" a la rectificación.