Científicos del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y de la Universidad de La Laguna desarrollan un método para desvelar la historia de la formación estelar en las galaxias a partir del color y el brillo de sus estrellas individuales.

Gracias a este procedimiento se ha logrado descifrar la historia de la formación estelar en la galaxia M32, una de las dos únicas galaxias elípticas enanas del grupo local, en el que se encuentra la Vía Láctea, según ha informado hoy en un comunicado el IAC.

El método ha sido desarrollado por los investigadores del IAC y del Departamento de Astrofísica de la Universidad de La Laguna (ULL) Sebastián Hidalgo y Antonio Aparicio, que indican que si se aplicasen los principios de la demografía a la astrofísica, estudiar poblaciones estelares supondría analizar de qué forma y en qué número viven las personas en una ciudad o país a lo largo de toda su historia.

"Lo que estudiamos en esta ocasión es cuántas personas nacen (número de estrellas), con qué peso (masa) y con qué color de ojos (abundancia química) desde que se fundó la ciudad (galaxia) hasta hoy en día. Además, también investigamos cómo se distribuyen estas personas en el territorio: si las más viejas viven en el centro o en el extrarradio, por ejemplo", explica Hidalgo.

Las dos variables clave para este análisis son la magnitud o brillo y el color y la relación entre ambos no es arbitraria, ya que depende fundamentalmente de tres factores: la masa, la edad y la abundancia química.

"Nuestra labor consiste en obtener el diagrama color-magnitud de las galaxias cercanas y compararlo con los diagramas del mismo tipo que se obtienen de los modelos teóricos de evolución estelar", concreta el investigador del IAC.

De esta comparación entre ambos diagramas color-magnitud se obtienen finalmente las edades y abundancias químicas de las estrellas que se formaron en esa galaxia.

"Es decir, desentrañamos cuántas estrellas se formaron a lo largo de toda la vida de la galaxia y con qué abundancia química: su historia de formación estela", resume Hidalgo.

La astrofísica Antonela Monachesi, que trabaja en el Departamento de Astronomía de la Universidad de Michigan (EEUU), aplicó el método desarrollado por los investigadores del IAC para descifrar la historia de formación estelar en la galaxia M32.

Para Hidalgo, el estudio de M32 es importante porque, entre otras cuestiones, puede ayudar a comprender cómo evolucionan las galaxias elípticas mayores que se encuentran mucho más distantes (la más cercana está a unos 11 millones de años luz) y de las que no podemos obtener la magnitud y el color de sus estrellas menos brillantes, necesarias para conocer la historia de formación estelar a lo largo de toda la vida de la galaxia.

Con este trabajo se han detectado por primera vez y de forma inequívoca estrellas más jóvenes de 2.000 millones de años.

Las conclusiones del estudio señalan también que el 40 por ciento de la masa de M32 se formó hace entre 2.000 y 5.000 millones de años y que aproximadamente el 55 por ciento de su masa se formó hace más de 5.000 millones de años, con una abundancia química relativamente menor que la anterior.

"Este resultado es muy interesante porque hasta ahora se pensaba que las galaxias elípticas estaban formadas fundamentalmente por estrellas muy viejas con muy poca contribución o ninguna de estrellas más jóvenes", añade el investigador.

Los resultados de M32 apuntan a que al menos las galaxias elípticas enanas sí poseen una contribución importante de estrellas jóvenes.

Si las galaxias elípticas enanas son el mismo objeto que las galaxias elípticas mayores pero con menor masa, entonces las galaxias elípticas mayores también podrían albergar una importante población de estrellas de edades intermedias y jóvenes, apunta.

Las hipótesis que manejan los investigadores sobre la formación de este sistema es que fuera una galaxia elíptica de baja luminosidad o bien una galaxia espiral cuyo bulbo (grupo central de estrellas de la galaxia que constituye lo que se observa en la actualidad) sobrevivió a una interacción dinámica con M31, la galaxia más cercana.

A pesar de que M32 se encuentre a 2,6 millones de años luz, mucho más cerca que las galaxias elípticas gigantes, su observación no es sencilla ya que se trata de un objeto muy compacto: sus estrellas aparecen tan juntas que son difíciles de distinguir entre sí.

Los investigadores del IAC desarrollaron programas informáticos para poder aplicar su método estadístico y, aunque el proceso puede llevar ingentes cantidades de cálculos, cualquier ordenador personal sirve para realizarlos.

"Debido a que hay que realizar muchos cálculos, usamos la red de ordenadores del IAC, unos 400, para obtener los resultados de forma más rápida. Si usásemos un solo ordenador, nos llevaría unos 50 años obtener los resultados", dice el astrofísico.