La colección de arte de la actriz Elisabeth Taylor, compuesta por 38 cuadros entre los que se encuentran valiosos Van Gogh, Pissarro o Degas, ha alcanzado un precio total de 141 millones de euros en tres subastas celebradas en Londres ayer y hoy en la sala Christies.

Por 754.000 euros se vendieron 30 de las piezas subastadas, y siete de ellas superaron los 3,7 millones de euros, en una puja que generó una enorme espectación y en la que participaron compradores de más de 40 países.

Durante la venta de hoy, la pintura del artista Kees Van Dogen "Proménade a cheval", un regalo que la actriz recibió de su padre, fue vendido por 601.000 libras (719,095 euros), superando con creces el precio estimado de 120.000 libras.

La pieza más valiosa de la colección, "Vue de l''Asile de la Chapelle de Saint-Remy" de Vincent Van Gogh, se vendió ayer por 10,1 millones libras (12,16 millones de euros) durante una puja frenética que superó en más de tres millones el precio máximo estimado.

La obra de atmósfera otoñal, que no se había visto en público desde hace 20 años, fue pintada por el genio holandés en 1889, un año antes de morir, y Taylor la adquirió en 1963.

Además, la obra "Autorretrato" de Degas se vendió por 713.000 libras (857.000 euros) y "Manzanos de Eragny" de Camille Pissarro, alcanzó 2,93 millones libras (3,54 millones de euros).

Un responsable de la casa de subastas Christie''s señaló que el "excelente" resultado de la venta pone de manifiesto la habilidad y sofisticación de Elizabeth Taylor como coleccionista.

La actriz, nacida en Londres en 1932, era tan aficionada al arte como a las joyas, que adquirió de forma compulsiva.

La colección de 269 joyas de la actriz, que murió en Los Ángeles el año pasado, alcanzó 116 millones de dólares (87,4 millones de euros), muy por encima de los 30 millones de dólares (22,6 millones de euros) en los que estaban valoradas, durante una subasta en Nueva York en diciembre.

Su afición por el arte la heredó de su padre, Francis Taylor, que era marchante y tuvo una galería en la londinense Old Bond Street antes de que la familia se trasladara a vivir a California (EEUU) a principios de la segunda Guerra Mundial.

La protagonista de "Cleopatra" compró su colección sobre todo en los años sesenta, adquiriendo especialmente obras de artistas en auge en ese momento.