SI hay que hablar de un negocio de "fotingos" en Tenerife del que se diga que se distingue más por la calidad de las marcas que comercializó que por la cantidad de unidades importadas, esa no es otra que la Casa Vandewalle.

Los orígenes de esta empresa comienzan a detectarse en la primera década del siglo XX, años en que su fundador y patriarca de la familia Vandewalle, el ilustrísimo señor Antonio Vandewalle Pinto (1866-1938), se establece en la calle del Castillo, nº 87, frente a la Casa Elder, abriendo una espléndida tienda dedicada a la venta de muebles, arreos para caballos, cajas de caudales, pianos, colchones, almohadas, camas de hierro, espejos, objetos de arte, contando incluso con un depósito de persianas con patente. El ilustre señor Vandewalle Pinto fue una notable personalidad de la vida social y política de nuestra ciudad, ya que llegó a ostentar el cargo de alcalde de Santa Cruz durante el período de 1920-1922. No nos debe sorprender que en esos locales de la calle del Castillo no se anunciara ningún tipo de "fotingos", porque en 1913 la cantidad de los mismos no llegaba a la cifra de 13 unidades aproximadamente en nuestra isla, y los que circulaban casi todos ellos habían sido importados directamente por sus propietarios.

Los primeros contactos con los "fotingos" de la Casa Vandewalle son posteriores al año 1919, y aunque la dirección del negocio la llevaba el señor Vandewalle Pinto, ya empiezan a colaborar de una manera muy eficaz los hijos habidos en sus dos matrimonios, los señores Luis Vandewalle Fernández del Castillo (1890-1935) y Manuel Vandewalle Hardisson (1899-1968). Don Luis se establece en París y será desde allí donde comienza a enviarle a su hermano Manuel todo tipo de vehículos.

La razón social pasa a ser conocida como "Hermanos Vandewalle" y las mercancías cambian drásticamente, pasando a disponer de los siguientes productos: camiones, automóviles, motores marinos, aceite y ruedas. En el sector agrícola, nueva actividad en la que se estrenan los hermanos Vandewalle, se encontraban: sembradoras, segadoras, trilladoras, arados, bombas, molinos y máquinas para cortar pienso.

Con el transcurrir del tiempo y al aumentar la demanda por los "fotingos", la firma Vandewalle se va centrando en el sector automovilístico, pues ya contaba con garajes en la calle Méndez Núñez, 5, Viera y Clavijo, 27-29, y en General Antequera, 31, mientras que la oficina y el almacén permanecían en la calle del Castillo, estando provista del teléfono 153.

Por los locales de la Casa Vandewalle en la década de los años 1920-1930 pasaron las mejores marcas del momento, como eran Avions-Voisin, Bugatti, Delage y Packard. Como dato curioso existe una preciosa foto de un espectacular Avion-Voisin traído desde París por el señor Vandewalle Fernández del Castillo, tomada en la confluencia de la calle Viera y Clavijo esquina a General Antequera, que por su espectacularidad merece un capítulo aparte. Del resto de esas prestigiosas marcas las unidades importadas se pueden contar con los dedos de una mano, salvo la yanqui Packard, que tuvo una mejor penetración en nuestro mercado. Las motos tampoco estuvieron ausentes siendo la Motobecane la más importante. En utilitarios se encuentran el Gray y el Salsom. Este elenco de marcas de élite de la industria mundial lo completa la inglesa Dunlop, que con la calidad de sus cubiertas era por entonces la reina de la carretera insular.

La desaparición definitiva de la razón social Vandewalle se produjo en el año 1936.

www.fotingosdecanarias.es.vg