La mesa del restaurante Tajinaste del Hotel Escuela de Santa Cruz de Tenerife se convirtió ayer, por unas horas, en un pedazo de orilla del Cantábrico, un lagar que destilaba auténtica sidra, en porciones de deliciosos quesos y hasta en pote donde humeaban las fabes. Y es que gracias a la mano de José Luis Camacho, chef-propietario del restaurante gijonés El Candil, más el agasajo del periodista David Fernández-Prada, un simple menú bastó para recorrer parte de la idiosincrasia de aquellas tierras y sus gentes. Así, el paladeo de una sidra Brut Aurea introdujo el sabor de los quesos de La Peral, Varé, Afuega´l Pitu, mientras un revuelto de oricios (huevas de erizo) y algas estallaba en boca y otra sidra con D.O., en este caso Españar, precedió a una cremosa fabada para concluir con golosos postres: arroz con leche y princesitas.