La investigación en relación a las enfermedades cardiovasculares ha experimentado un notable avance en las Islas. Hasta hace tan solo tres años, los recién nacidos afectados con una cardiopatía congénita debían ser atendidos en centros hospitalarios de la Península. En estos momentos los tratamientos ya están plenamente integrados en los hospitales canarios. Un hecho que se convirtió en una necesidad al comprobar los datos de incidencia de este tipo de dolencias en Canarias, que alcanzan los 10 casos por cada 1.000 nacimientos.

Ayer se celebró en la IV Reunión de Médicos Residentes de Cardiología de Canarias.

El pasado año este mismo período de formación lo ocuparon las arritmias, aunque para el presente los organizadores consideraron que las cardiopatías congénitas debían tener lugar predominante, dado que la mayor parte de las dolencias graves deben ser intervenidas en los primeros días de vida porque de lo contrario los daños pueden ser irreversibles, además de que "operar de una cardiopatía a un bebé es algo que se ha instaurado en los últimos 20 años".