El Espacio Cultural El Tanque de Santa Cruz de Tenerife estará presente en ARCO 2012 para celebrar su decimoquinto aniversario; y lo hará de la mano del arquitecto Fernando Menis, autor y responsable de la rehabilitación arquitectónica efectuada en 1997 en este antiguo depósito de petróleo de la Refinería de Tenerife --el Tanque 69-- para adaptarlo a uso cultural.

En el stand del Espacio Cultural El Tanque en ARCO 2012 (del 15 al 19 de febrero) se podrá disfrutar de la instalación de Fernando Menis con diversas maquetas en hormigón de sus obras, entre las que además del antiguo depósito figura la Iglesia de las Chumberas, entre otras. La instalación está comisariada por Dulce Xerach, vicepresidenta de la Asociación de Amigos del Espacio Cultural el Tanque.

La propuesta servirá también para presentar ''Anillo para un tanque'', una obra que el arquitecto Fernando Menis ha diseñado especialmente para conmemorar el aniversario de este espacio cultural; una pieza que nace en el cruce de la arquitectura con el arte, la moda y el diseño.

El anillo ha sido confeccionado con dos materiales tan dispares como el hormigón y los cristales Swarowski. En ARCO estará a la venta una edición limitada de esta pieza que --según su autor-- está inspirada en la forma del centro cultural de Santa Cruz.

"Es un edificio en miniatura. Su proceso de diseño y construcción ha seguido pautas muy parecidas a las que se siguen a la hora de plantear un edificio, pero en este caso a una escala distinta", indicó el autor.

EL ESPACIO CULTURAL EL TANQUE

El Espacio Cultural El Tanque tiene un industrial pasado como bidón de petróleos (el número 69) de la primera refinería instalada en Santa Cruz de Tenerife en los años 30 del siglo XX.

Una vez perdida esa función inicial, se transformó en vestigio del patrimonio industrial de la capital de la isla y en elemento emblemático de la actual iconografía urbana. Un modelo que se ha seguido también en ciudades europeas, como las italianas Milán o Turín, con complejos industriales conocidos como los de Fiat y Pirelli, o toda la cuenca del Ruhr en Alemania.

El Tanque, tras muchos años de polémica urbana y política, sigue en pié gracias al empeño y dedicación de la Asociación de Amigos del Espacio Cultural El Tanque.

"Se empezó a tomar conciencia de la importancia del espacio que acabábamos de descubrir. Aquella catedral de finales del Siglo XX con estética de ''Blade Runner'', con las paredes llenas de restos de crudo, oscura pero con entradas de luz desde el oxidado techo de metal, esos sonidos que cualquier pisada o ligero movimiento creaba, impresionó profundamente desde el principio y sigue impresionando ahora. Esa belleza industrial tan austera, esa capacidad de los buenos ingenieros para hacer con formas bellas herramientas útiles creo que es imposible de describir en su totalidad", explica Dulce Xerach.

Después de quince años de su apertura, el Espacio Cultural El Tanque es un contenedor insólito e irrepetible de cultura, reconocido como ejemplo de reconversión arquitectónica de un elemento industrial en un espacio para la dinamización artística. Un valor documental y representativo que le ha hecho merecedor de varios reconocimientos como el Premio Regional de Arquitectura Manuel de Oráa y Arocha 1998 (Colegio de Arquitectos) y del galardón LAUS''99, además de ser distinguido en la V Bienal de Arquitectura 1999, organizada por el Ministerio de Fomento y el Consejo Superior de Arquitectos de España.

En 2011 alcanza su conservación y continuidad al ser incoado como Bien de Interés Cultural (BIC). Una de sus características más relevantes es la extraordinaria capacidad de inspiración creativa. Además del efecto que produce en los artistas, en El Tanque el espectador no se siente encorsetado y puede moverse como desee, con absoluta libertad, llegando a formar parte del discurso expositivo.

Artistas como Andrew Herman, (que con su exposición ''¡¡¡Los ingleses!!! ¡¡¡Los ingleses!!!'' inauguró la actividad cultural en 1997), Jaume Plensa, Tony Ousler, Daniel Canogar, Jaume Casals, Carsten Nicolai, Marina Núñez o actualmente Varvara Shavrova, han experimentado con sus exposiciones la singularidad del Espacio Cultural El Tanque.

Con su estructura circular y unas dimensiones de 50 metros de diámetro, 20 metros de altura y unos 2.000 metros cuadrados, aporta sus especiales cualidades sonoras, espaciales y sensoriales, así como la versatilidad lumínica y escénica que le ha permitido, además, acoger numerosos eventos musicales, teatrales, audiovisuales, de danza, exposiciones y montajes multimedia.