Los sindicatos UGT y Comisiones Obreras están dando el coñazo, tras la reforma laboral, y convocan movilizaciones para el próximo día 19 en toda España. Empiezan su "tour de force". Vale.

Remisos a cualquier reforma que se cargue sus privilegios franquistas, los comelones de jamón serrano Cándido Méndez y Fernández Toxo están cabreados porque Rajoy les ha cortado el grifo, al menos parcialmente, y ha hecho una reforma laboral que no sólo le pedía Europa sino el país entero.

Los sindicatos españoles, hasta el momento, han sido cómplices de los vagos, de los absentistas y de los que se negaban a bendecir una reforma tan necesaria para el país.

Estos dos líderes, herederos de los representantes verticales que Franco se inventó para que lo dejaran tranquilo, quieren que las cosas sigan como estaban y, quizá, que este país se pueble de ociosos, de defraudadores laborales y de liberados; de una suerte de gandules inmisericordes, panda de vagos irredentos que han arruinado a España y a Canarias y que quieren seguir ahí, sin disparar clavo. Ya está bien, hombre. Todo el mundo a arrimar el hombro.

La reforma laboral se va a llevar a cabo, primero por decreto y después por trámite parlamentario, con o sin la aprobación de los sindicatos, escasos de representación e incapaces -por inoperantes, peguistas, antiguos y simplones- de vivir de las cuotas de sus afiliados. No han soltado la teta desde Franco. Aunque sí alardean ahora de una sospechosa facilidad para convocar huelgas generales, que no le gustaban nada al viejo dictador y por eso no las permitió. Pero, en lo demás, sus líderes se parecen a los que poblaban las casas sindicales y concedían los carnés de barbero.

Qué vergüenza estas concentraciones anunciadas. En vez de arrimar el hombro se dedican a perder más tiempo en algaradas callejeras de mal gusto, intentando cargarse lo que es bueno para el país.

Si fuera por ellos crearían escuelas provinciales de vagos, en las que se explicara cómo joder mejor al empresario. Porque los líderes sindicales siguen en la vieja y extemporánea idea de esa lucha absurda entre patronos y trabajadores cuando lo que hay que hacer es unirse todos para sacar este país adelante.

Modernícense, antes de que a ustedes también los coja el toro y se les acaben los canapés y el jamón serrano. Que lozanos sí se les ve a los dos. Ah, y cuenten con la vieja Bardem, que no se pierde una.