Alrededor de 150 agricultores españoles arrojaron hoy cerca de 200 kilos de tomate contra la fachada de la sede de la Comisión Europea en Madrid en protesta por el acuerdo agrícola entre la Unión Europea y Marruecos, que se vota esta semana en el pleno del Parlamento Europeo.

La protesta se produjo en el marco de la concentración, organizada por la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), contra el citado acuerdo y que se repetirá mañana, miércoles, y el jueves.

El secretario de organización de COAG, Miguel Blanco, dijo a los periodistas que España será quién "pagará caro" el acuerdo propuesto por Bruselas, ya que, a su juicio, pone en peligro la mitad de los empleos del sector en España y un tercio de la producción, que asciende a 13.600 millones de euros anuales.

Blanco añadió que el conjunto de los agricultores se opone "frontalmente" al acuerdo, porque supone "un jaque mate a un sector estratégico y emblemático español", como es el hortofrutícola.

Por ello, reclamó a los europarlamentarios españoles y al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, que consideren el problema como una "cuestión de Estado" y pongan "todo su empeño" para que no se llegue a ratificar el acuerdo.

España, añadió, es la principal perjudicada por las condiciones del convenio, tanto por los productos que se liberalizan como por los contingentes y calendarios que se aprueban, así como los precios de entrada por debajo del coste de producción, frente a otros países como Francia, Holanda o Italia.