UN POCO como colofón de lo dicho la semana pasada, voy a mostrarles mi asombro ante una noticia publicada en la prensa diaria sobre que el Ministerio de Medio Ambiente quiere eliminar el cultivo de plantas consideradas "exóticas" que han arraigado en Canarias, y en concreto en Tenerife, como los almendros, los castaños, el césped natural, las calas, retamas de olor, la caña, los geranios rojos y rosados, la palmera datilera, la tunera india y común, y no sé si alguna más. No sé si hemos retrocedido al día de los inocentes, o se trata simplemente de un error. En el peor de los casos, tendría que ser la Comunidad Autónoma quien decidiera sobre el particular. Es como la Ley de Costas, que pretende echar abajo poblados, o edificios (hotel Médano), autorizados en su día, o que se ha hecho la vista gorda a su construcción. Tendría que ser la Autonomía la que decida lo que hacer con estas construcciones.

Después de haber tocado brevemente lo local, pues habría mucho que comentar todavía, hoy voy, aunque solo sea a nivel profano, a tratar algunos de los temas que están actualmente en el candelero, y para ello echaré mano de lo que dicen los medios de comunicación y algún comentarista de prestigio. En primer lugar, voy a meterme en el berenjenal de la reforma laboral, después de la estabilidad presupuestaria, a la que, por lo visto, no piensa apoyar el PSOE, aunque la firmó en su día, contradiciendo lo expresado por su secretario general de que iban a formar una oposición útil y colaboradora, siempre que fuera en bien del país. ¿Es que esto no lo es?

Las reformas del sistema financiero y del mercado del trabajo tratan de llegar a una recondición del Estado a una dimensión sostenible en términos financieros y administrativos, con el correlativo aumento de libertad en la actividad económica, compatible todo ello con unas condiciones esenciales de seguridad jurídica y ética, constituyendo la lucha contra el desempleo el principal objetivo del Gobierno y de la sociedad en su conjunto.

El sistema seguido hasta ahora ha fracasado. Tenemos el doble de paro que la Unión Europea, y en algunos casos, como Andalucía y Canarias, el triple. El paro juvenil alcanza la escandalosa cifra del 50%. Si no fuera por las familias y los que han tenido que emigrar, la mayoría con una importante formación que ha costado mucho dinero, estaríamos como Grecia. No cabe duda de que hay que contener el déficit, entre otras muchas razones porque formamos parte de un club que ahora lo exige, pero también hay que crear empleo y para eso hay que poner dinero, y a ser posible no solo por el Estado, de ahí que esta reforma laboral beneficie en gran manera a las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, y que sea preferible despedir algún empleado que cerrar una empresa, porque si la situación mejora podrán volver a contratarlo. No podemos olvidar que el gobierno del PP lleva poco más de un mes gobernando, después de siete años de políticas equivocadas al contemplar los resultados. Sí, ha habido una crisis financiera mundial, pero en general los países europeos están mejor que nosotros. La solución no puede ser inmediata. Se han puesto las condiciones, bendecidas por Europa, y ahora habrá que dar tiempo al tiempo y esperar. Lo que no va a beneficiar en absoluto son las huelgas salvajes y generales. ¿Para cuándo una ley que regule las huelgas? Hay que aprovechar en estos casos fundamentales la mayoría absoluta y dejarse de consensos, que, por lo que se ve y se oye, no se van a producir. En el trámite parlamentario podría mejorarse algo y obtener más consensos.

La ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha tendido puentes a los sindicatos, los principales "perdedores" de estas normas, perdiendo la práctica totalidad de los cursos de formación, pero es que los sindicatos no crean empleo; sí algún que otro liberado. Su razón de ser eran los cursos de formación y velar para que los trabajadores disfruten del mayor estado de bienestar posible, pero, claro, los que ya están trabajando. ¿Y los más de cinco millones sin trabajo? No sería lógico que a un gobierno que pretende enderezar la situación se le monten todo tipo de algaradas y huelgas, cuando llevan siete años en silencio, con la ruina que se ha gestado; pero, claro, nuestro buen dinero nos ha costado.

Según declaraciones de la ministra, se ha hecho la reforma que había que hacer, respaldada por todo el Gobierno, donde hay economistas de prestigio y experiencia, pensando en los ciudadanos y, especialmente, en los parados que quieren trabajar y no pueden, apostando por un empleo estable y de calidad, con la formación como derecho, aumentando la flexibilidad en las empresas, para que, ante las dificultades que surjan, puedan ajustarse a la realidad económica y el despido sea el último recurso, introduciendo mayor transparencia y seguridad jurídica en las relaciones laborales con los trabajadores, clarificando las causas del despido de una manera objetiva y evitando los conflictos judiciales, todo ello en línea con Europa, respetando escrupulosamente los derechos adquiridos. Hay que lograr la mayor competitividad posible, buscando la innovación y abaratando costes. Las empresas hasta ahora tenían que hacer sus ajuste cuando había problemas por la vía del despido, especialmente contratos temporales. Ahora podrán realizar reestructuraciones que antes no eran posibles. Hay que conseguir confianza y financiación. ¡Ojalá haya suerte y podamos salir de esto pronto!

La articulista de ABC Isabel San Sebastián, en "El Contrapunto" del 13 de febrero, dice: "Tampoco estaría de más que el relato de los hechos (refiriéndose a ETA) se hiciera desde una televisión publica cuya objetividad, ese anhelo inalcanzable, estuviera más en concordancia con la realidad democrática y demoscópica de la nación, porque bajo el lema somos los más plurales y los más independientes, los informativos del Pirulí, así como los restantes programas políticos de la casa, con alguna honrosa excepción, están dando una visión bastante sesgada de las cosas (no solo de ETA, sino de la situación actual)... Nunca se había visto que los vencedores absolutos de unas elecciones cedieran tamaño botín a los perdedores por goleada. ¿Fair play, estupidez, o manos atadas por una ley maquiavélica que aprobó Zapatero a fin de blindar ese fortín? Tal vez a Mariano Rajoy solo le preocupe el Financial Times, pero la que crea opinión y mueve votos es RTVE. Se puede ganar sin su apoyo, cuando el adversario se ha encargado de hundir el país. Pero gobernar con ella en contra, tomando medidas duras, es una forma casi segura de perder la siguiente vez. Con publicidad o sin ella". Suscribo totalmente esta visión de RTVE y RTVC y sus perniciosas consecuencias, y creo que es una prueba más del absurdo complejo del centro derecha español.