HOY VUELVE el baloncesto al Santiago Martín y es motivo de celebración. El equipo volvió a dar otra alegría el pasado fin de semana y las opciones de alcanzar el objetivo son cada vez mayores, y ello hace que el entorno disfrute y desee la llegada del partido para contagiarse del buen ambiente que se vive en las gradas.

Lástima que el encuentro de hoy coincida con otro buen ambiente lejos del pabellón. El hecho de celebrarse la cabalgata de Carnaval en Santa Cruz, podrá ser motivo de absentismo. No es sencillo entrar y salir de la ciudad en el día de hoy. Muchas familias acuden a ver el desfile y otros tantos adolescentes participan en el mismo.

Aun con todo, habrá que hacer un ejercicio de fidelidad y encontrar la solución para estar junto al equipo. Son momentos en los que la grada debe estar con el grupo. Queda bien poco para el final y ahora, más que nunca, la compañía es necesaria.

Por el hecho de estar tan cerca es por lo que también se puede adivinar mayor carga de ansiedad y que podría estar incidiendo en el estado anímico de la plantilla y que, a su vez, le puede estar restando claridad para sentirse más libres a la hora de afrontar los partidos.

Es normal. Ahora se comete el lógico de error de ver el horizonte y olvidarse de los diferentes obstáculos que hay en la travesía. Ahora se disfruta menos del paisaje que hay a nuestro alrededor y solo se ve el puerto en el que atracar.

Sería importante que se aparcara la verbalización del objetivo final. Sería una virtud volver a recuperar la dimensión de cada partido sin pensar en las consecuencias que puede tener un tropiezo o la pérdida de ventaja con los perseguidores.

No es fácil, el cansancio también se hace presente. Pero el grupo disfrutó e hizo disfrutar mucho en el primer tramo de competición. Ojalá, aunque los tiempos vienen así marcados, se pudiera tapar la clasificación. Estoy convencido que se disfrutaría mucho más y que cada jugador aumentaría más, si cabe, su rendimiento.