Los países de la eurozona se encaminan a un acuerdo este lunes, tras varias semanas de retrasos y negociaciones difíciles, para desbloquear el segundo rescate de 130.000 millones de euros a Grecia cuyo objetivo es salvar al país de la quiebra y permitir que siga en el euro.

La gran mayoría de los ministros que han hablado a la entrada del Eurogrupo, incluido el alemán Wolfgang Schäuble, han expresado su optimismo sobre las posibilidades de alcanzar un compromiso después de que el Gobierno de Atenas haya cumplido las condiciones exigidas.

No obstante, los países con máxima calificación crediticia ''triple A'', encabezados por Países Bajos, han reiterado su desconfianza hacia Grecia y han reclamado reforzar los controles, incluso interfiriendo en la soberanía nacional, para garantizar que las autoridades helenas aplicarán los recortes, lo que podría complicar las negociaciones.

"Hoy pretendemos finalizar la decisión sobre un nuevo plan de rescate para Grecia", ha dicho Schäuble a la entrada de la reunión. "Todavía queda trabajo por hacer y debemos garantizar que el programa se aplique. Tengo confianza", ha agregado.

"Me gustaría asumir que podemos concluir las negociaciones hoy. Los griegos han cumplido muchos de los esfuerzos preparatorios que les habíamos pedido. Tenemos que concluir hoy, no hay más tiempo que perder", ha afirmado por su parte el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker.

En opinión del ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, "el 90 por ciento de los temas están prácticamente cerrados, quedan el 10 por ciento de los temas". "Con voluntad política, y yo creo que existe, seremos capaces de cerrarlos", ha sostenido. "Es un tema no solamente importante para Grecia, es un tema importante para toda Europa, para el futuro de la zona euro", ha resaltado.

Para la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, Grecia ha hecho "esfuerzos muy importantes para recibir el segundo rescate". Y el vicepresidente de la Comisión y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha reclamado un acuerdo para "pasar página" y "pasar de la estabilización a impulsar un crecimiento sostenible y el empleo, porque es lo que realmente necesita Europa ahora".

La voz discordante la ha puesto el ministro holandés de Finanzas, Jan Kees de Jager, que ha dudado de que Atenas haya cumplido realmente las exigencias de la UE y ha exigido la puesta en marcha de las primeras medidas prometidas en las dos próximas semanas.

"Estoy a favor de más control, más supervisión y una presencia más permanente de la troika y un mecanismo de bloqueo para tener más control sobre el dinero", ha dicho De Jager a la entrada de la reunión.

"No debe ocurrir de nuevo lo que sucedió en el pasado, que miles de millones van a Grecia y se destinan al consumo y no se crean infraestructuras ni se moderniza el Estado ni se desarrollan las regiones", ha incidido su homóloga austriaca, Maria Fekter.

"Para nosotros es importante introducir un sistema de control y supervisión que garantice, junto con los griegos, que este programa se aplique tras las elecciones", ha dicho el secretario de Estado de Economía luxemburgués, Luc Frieden.

La creación de una cuenta bloqueada para garantizar que el dinero del rescate se destine en primer lugar al pago de la deuda y sólo después al presupuesto nacional griego y los nuevos mecanismos de control son algunas de las cuestiones que el Eurogrupo todavía debe finalizar.

También debe ultimarse de qué forma se cubrirá la brecha de financiación detectada en el segundo rescate debido al empeoramiento de la situación económica en Grecia. Los líderes europeos se han fijado como objetivo reducir la deuda helena del 160% al 120% en 2020.

Sin embargo, con los 130.000 millones de nuevas ayudas públicas y otros 100.000 millones de euros de deuda helena que tienen previsto condonar los acreedores privados no se lograría este objetivo. La ministra austriaca ha dejado claro que los Estados miembros no podrán más dinero, por lo que lo más probable es que sean los bancos centrales de la eurozona y el Banco Central Europeo los que aporten la contribución extra.