El ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, propuso hoy en Atenas blindar constitucionalmente el límite de déficit público, siguiendo el modelo aprobado en España.

"Es deseable que lo que acordamos lo pasemos a nuestra Constitución, como hizo España", afirmó el titular de Finanzas griego en una rueda de prensa, en alusión a cómo se estableció en la Carta Magna española el tope del déficit fiscal.

Los socios europeos del país mediterráneo temen que tras las nuevas elecciones, previstas para abril, el nuevo Gobierno no respete los compromisos de ahorro y austeridad adquiridos por el actual Ejecutivo, que lidera el exbanquero Lukás Papadimos.

Venizelos dijo que las condiciones impuestas para el rescate no son "una razón para festejar", pero recordó que la "situación económica del país", no dejaba lugar a otra salida.

"¿Que habría pasado con los salarios y las pensiones si no hubiese habido acuerdo?", se preguntó, dando a entender que un impago de Grecia acarrearía consecuencias peores que las duras medidas de austeridad, como la bajada de salarios y pensiones, que ha debido aprobar Atenas a cambio del nuevo préstamo de 130.000 millones de euros.

Además, Venizelos citó un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) que cifra el coste de una bancarrota griega en un billón de euros.

"Las decisiones de 21 de febrero son, desde el punto de vista de económico, las más importantes después la Segunda Guerra mundial", afirmó el ministro griego.

Aseguró que el acuerdo "da una segunda oportunidad a Grecia" para rehacer la economía hacia un modelo "competitivo", que permita al país "encontrar de nuevo su sitio en Europa".

Con todo, reconoció que las decisiones tomadas "no son las más razonables", y explicó que eso se debe a que "hay muchos intereses nacionales" y, también, "muchos que han invertido y siguen invirtiendo en la quiebra de Grecia".

El acuerdo significará para Grecia disponer de un nuevo crédito y de la promesa de que los socios europeos seguirán ayudando a Grecia incluso después de 2014, cuando concluye el programa, dijo Venizelos, pero avisó de que para que Grecia siga recibiendo ayuda, "deberá respetar sus promesas".

Hoy serán enviados al Parlamento para su tramitación los proyectos de ley necesarios para poner en práctica el acuerdo crediticio, que deberán ser votados antes de la cumbre europea del 1 de marzo, explicó el ministro.

Venizelos aseguró que los mecanismos de control exigidos por la Unión Europea (UE) "respetan la soberanía" griega y dijo que se llevará a cabo a través del grupo de trabajo comunitario en Grecia y de los consejeros de la troika.

Igualmente, habrá una cuenta bloqueada en el Banco central de Grecia, en la que se depositará el préstamo y será destinada al pago de las obligaciones de Grecia y no a los gastos del Estado.

Esta cuenta se nutrirá del préstamo europeo y, además, de los ingresos del Estado, explicó el ministro heleno.

También aseguró que "los bancos no corren peligro de quiebra", a pesar del proceso de reestructuración de la deuda que sufrirán, ya que serán recapitalizados con al menos 50.000 millones de euros y se dará "prioridad" a que los depósitos retirados por los clientes y no enviados al extranjero vuelvan a las cajas de las entidades nacionales.

El titular de Finanzas explicó que "a través de la reducción de la evasión fiscal" se podrá crear "un sistema de protección social viable" en sustitución del que ahora se está viendo reducido por las medidas de austeridad.

"Si nosotros, colectivamente, decidimos llegar a un nuevo contrato social, podemos pasar rápidamente al desarrollo económico", afirmó.

Los sindicatos convocaron hoy una manifestación para mañana en la plaza de Sintagma, a las 16.00 horas (14.00 GMT), cuando el contiguo Parlamento empiece a votar la legislación sobre el acuerdo crediticio internacional concedido a Atenas para evitar la quiebra del Estado heleno.