El Iberostar Socas Canarias, que reanudó ayer, con doble sesión, el trabajo de la semana, sigue su firme navegar rumbo al puerto de la Liga ACB. El atraque depende de lo que acontezca en las diez últimas jornadas, si bien la navegación está resultando segura, con unos profesionales que saben capear con éxito algunas jornadas marcadas por la tormenta.

Llega la recta final de la competición, con los auringros debiendo asumir seis visitas -León Baloncesto, Ford Burgos, Melilla Baloncesto, UB La Palma, Palencia y Tarragona-, mientras que en casa, con el respaldo de sus fieles seguidores, deberá recibir, y ganar, a Granada, Menorca, Lleida -los pronósticos señalan este encuentro como el clave para entonar el alirón- y Huesca.

Alejandro Martínez y sus hombres se niegan a analizar este tramo final de Liga y optan por seguir la línea que le está dando buen resultado, la de ir partido a partido.

Y hacen bien porque, como se dice en el argot ciclista, hasta que no se cruce la última línea no se ha ganado nada.

El papel de la afición

Jugar ante unos 1.800 aficionados el día de la cabalgata de Carnaval tiene su justificación, pero de cara a los cuatro encuentros por disputarse en el Santiago Martín datos así no se pueden permitir.

El representativo acaricia el ascenso deportivo a la élite y se merece que la Isla se vuelque. Ellos, los jugadores, se van a dejar la piel y la afición no debe quedarse atrás. Aquí jugamos todos.