Los vecinos de La Laguna, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1999, son los protagonistas del éxito medioambiental de esta ciudad, considerada referencia en España de calidad del entorno urbano por el equilibrio que ha abanderado entre conservación del paisaje y desarrollo económico.

Así lo ha considerado la directora del plan especial de protección del casco histórico de esta ciudad, María Luisa Cerrillos, quien, días antes de participar en el I Encuentro de Municipios Sostenibles La Laguna 2012, ha defendido en una entrevista la necesidad de que el ser humano viva en un medio ambiente productivo.

"Si los habitantes no forman parte del proceso de recuperación del casco histórico, solo se estaría recuperando una escenografía y se convertiría en un Disneylandia", ha asegurado la experta.

La Laguna presume así de ser un ejemplo en España de calidad ambiental, al haber puesto en marcha desde 2005 una serie de medidas de regeneración espacial, social y económica.

La fama que ahora disfruta esta ciudad, con unos 11.500 habitantes en el casco histórico, es el resultado de una serie de medidas que han ahondado sobre la habitabilidad, calidad ambiental, accesibilidad y potenciación de la actividad económica privada.

La directora del plan especial ha considerado que es fundamental que la urbe esté habitada: "son las personas las que recuperan la ciudad, no restaurar edificios", ha agregado.

Familias paseando por la calle, niños jugando en los parques o mayores conversando en una plaza hacen que la calidad ambiental de las ciudades aumente, sostiene Carrillos, que celebra que de los cien edificios que había en ruinas en 2005 ahora solo queden poco más de una veintena.

Primar al peatón sobre el vehículo, construir aceras anchas y que el pavimento y los adoquines sean accesibles son otras de las prioridades por las que ha apostado La Laguna, el tercer municipio más poblado de Canarias, por detrás de Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife.

Esta accesibilidad no sólo debe darse en lo público, también en los locales privados, que empiezan a tomar conciencia y a incorporar rampas en sus accesos, ha añadido la experta.

La actividad económica privada -es decir, las múltiples panaderías, bares, peluquerías, librerías, entre otros negocios, que hay en esta ciudad- enlaza con la prioridad de la habitabilidad, y ambas hacen que se garantice la sostenibilidad ambiental.

Al ser un lugar muy apetecible pese a la crisis económica, como atestigua el hecho de que más de 200 negocios han abierto en los últimos cinco años, La Laguna se enfrenta al reto de mantener esta calidad contra los empresarios que intentan explotarla invadiendo el espacio público, critica la directora del plan especial del protección del casco histórico.

"La ambición del ser humano es desmedida", afirma Carrillos, al tiempo que reconoce que más del 80 por ciento de los comerciantes de La Laguna son "absolutamente defensores del nivel de calidad de la ciudad".