CANARIAS está muy lejos de la Península y eso se nota en la política, en la sociedad y en la economía. Somos la Comunidad Autónoma más alejada del territorio continental europeo no solo en kilómetros, sino también en nivel de rentas y empleo. Estamos en África geográficamente y cada vez más económicamente. Tenemos 342.000 personas en paro y 650.000 pobres, con una población de 2.200.000 habitantes. Una barbaridad. Nuestras cifras macroeconómicas nos acercan peligrosamente a las economías de los países llamados tercermundistas. En términos sociales, que son los verdaderamente importantes, ya lo estamos. El corralito argentino en 2001 se declaró con el 24% de paro. En Canarias superamos el 31%, y lo peor de todo es que nadie parece darse por aludido.

En las administraciones públicas, los políticos siguen como si nada, sin darse cuenta de que la gente lo está pasando mal. Y ya no importa quién tuvo la culpa, la crisis internacional, la nefasta política económica de Zapatero o el Gobierno de Canarias, la situación es tan grave que debería declararse oficialmente la emergencia social en toda la Comunidad Autónoma. Solo así, las autoridades españolas y comunitarias se darían cuenta de la realidad de la situación y reaccionarían. Ya está bien de decir repetitivamente, como un disco rayado, que somos la Comunidad Autónoma con mayor tasa de paro de España y la segunda de Europa, detrás de la isla francesa de Reunión, y sin embargo no hacer nada al respecto. Casi cuadruplicamos la tasa de paro de la UE y la OCDE, en torno al 8%, y superamos en casi diez puntos la media española, que es del 22%.

A los que piensen que la declaración de emergencia social perjudicaría al turismo, les diré que ya lo hicimos en Santa Cruz de Tenerife en 2009, cuando la tasa de paro se triplicó en solo dos años, pasando del 8% al 25%, lo que nos permitió atender a nuestra gente con mayor rapidez, al constituir un organismo autónomo en un tiempo récord que gestionó las ayudas de forma más ágil, el Instituto Municipal de Atención Social, IMAS, y destinar más recursos a las necesidades sociales básicas de las personas que peor lo estaban pasando, sin perjudicar en absoluto la imagen de la ciudad.

La declaración de emergencia social es sencillamente una declaración formal que produce efectos legales inmediatos, en cuanto a la simplificación y reducción de los tiempos en los procedimientos administrativos previstos en la legislación ordinaria, para otorgar las ayudas sociales. Además, lo que no es de recibo es que dejemos de adoptar una decisión claramente beneficiosa para nuestra gente, por si acaso les disgusta a los turistas, que vienen aquí a pasárselo bien y no se asustan de nada, porque están acostumbrados a visitar países y regiones mucho más pobres que nosotros, y si vienen lo hacen por otros motivos, porque les gustan nuestro clima, las playas, la marcha, lo competitivos que son nuestros precios y porque además en otros destinos alternativos la cosa está muy chunga, como Egipto, Túnez y Siria. La prueba definitiva, la del algodón, por si el ejemplo de Santa Cruz de Tenerife no convence a algún responsable público, es Grecia, que no está en emergencia social, sino lo siguiente: declarada formalmente en quiebra e intervenida por la UE, y sin embargo los turistas aumentaron en 2011 en un 10%.

el Parlamento de Canarias