ESPAÑA disfraza a su colonia canaria como comunidad autónoma y Francia hace lo propio con las suyas bajo la denominación de departamentos de ultramar. Eso para consumo interno de los dos países citados. En el ámbito europeo, el nombre elegido es el de regiones ultraperiféricas. Una categoría que comparte Canarias, por ejemplo, con la francesa Isla de Reunión, aunque no es eso lo único que nos iguala a dicho territorio (es decir, a esa colonia francesa), pues también estamos a la par en porcentaje de desempleo.

¿Qué hace, a la vista de esto, el necio político que gobierna en Canarias? ¿Plantarse en Madrid y en Bruselas para decir que después de casi seis siglos de sometimiento a España es una infamia seguir siendo una colonia española y una vergüenza todavía mayor ser europeos ultraperiféricos? Nada de eso. El políticamente estúpido Rivero, cuyo cerebro no es superior al de un mosquito, va a Bruselas no a pedir la independencia que nos niega España, sino a regodearse en su condición de indígena de allende los mares, pues eso es en definitiva lo que significa ser ultraperiférico, y pedir las ayudas que le niega el Gobierno español. Ya no se contentan él y los suyos con avergonzarnos en Madrid con la actitud de mendigos que imploran unos mendrugos de pan; ahora también lo hacen fuera de España para mayor escarnio de un pueblo, el pueblo canario, que nunca imploró nada allá donde las circunstancias lo obligaron a emigrar, pues siempre supo ganarse el pan con el sudor de su frente. Qué ignominia la de estar representados por un mequetrefe político, a su vez en manos de una exótica ave de rapiña que se comporta como lo que es: una goda política. Ahora Paulino Rivero pide en Bruselas lo que le niegan en Madrid, que no es la independencia, como decimos, sino limosnas. Y luego dice que no quiere las migajas del petróleo. Qué cínico político, como decíamos en nuestro editorial de ayer.

Paulino Rivero tiene que desaparecer del escenario político, lo decimos un día más, pero quien tampoco tiene perdón es CC por mantenerlo en el poder; por no quitárselo de encima. Una responsabilidad que hacemos extensiva a los partidos estatistas, en concreto el PSOE, al que recurrió Rivero para mantenerse en el poder. Sabemos que hay nacionalistas decentes y también socialistas humanistas a los que respetamos. Esos socialistas, al igual que los auténticos patriotas que militan en CC, deben dar los pasos necesarios para eliminar a esta calamidad de cualquier cargo público. Deben entender que cualquier apoyo que le presten a Rivero va en detrimento suyo y lo pagarán en pérdida de votos, como ya lo ha pagado CC.

Nos dicen que estamos resentidos contra Paulino Rivero. Es cierto. Estamos muy resentidos, resentidísimos, porque cometió una ruindad contra nosotros. Ya hemos dicho varias veces cual fue la causa de que se volviera contra EL DÍA y no lo vamos a repetir un día más. Tan solo subrayaremos hoy que en el asunto de los papeles de México se nos obligó a rectificar, pistola al pecho, una información limpia, profesional, pulcra, meticulosa, inocente y hasta recomendable de las demandantes y del esposo de una de ellas; lo cual no se hizo con los dos medios de comunicación que airearon esos papeles antes que nosotros, como fue el portal de Internet Canarileaks y el diario Abc, amén de una emisora local. Pero aunque nos hayan obligado a rectificar, el asunto de México sigue inconcluso. No se ha investigado todo lo que se debía ni judicial, ni policial ni diplomáticamente.

Sin embargo, este asunto mexicano es una sencilla oración de santo en relación con otros que de momento, por prudencia, callamos, pero que antes o después saldrán a la luz porque la verdad siempre termina por aflorar. De momento insistimos en que resulta altamente sospechoso que doña Ángela Mena, su cuñada y la otra señora no hayan iniciado investigaciones para determinar quien está detrás de Canarileaks, que es de donde partió el affaire mexicano. ¿Es que no interesa que se airee el nombre de un periodista que está prestando grandes servicios al presidente del Gobierno? Puestos a preguntar, también nos gustaría saber si a ese periodista le han dado las prebendas que ha recibido para que no saque a la luz un escándalo aún mayor que el de México. Tiempo al tiempo, aunque Canarias no puede perder más tiempo: o apartamos de la vida pública a este déspota político, o nos hundimos en un abismo del que jamás podremos salir.