"El tomate de manzana negra es una variedad tradicional de las Islas con mucho futuro. La calidad y el sabor son excelentes. La importancia del cultivo del tomate en Canarias ha fomentado que se lleve a cabo un estudio en variedades tradicionales con la finalidad de detectar la idoneidad para poder ser comercializadas. Estas especies locales se han perdido porque el agricultor ha ido directamente hacia semillas comerciales que presentan otras ventajas". Así se manifestó, en declaraciones a EL DÍA, Leonardo Amador Díaz, doctor en biología y gestor de I+D+i de la empresa pública Cultivos de Tecnología Agraria, SA. (Cultesa), entidad del Cabildo de Tenerife y CajaCanarias Banca Cívica.

Amador explicó que Cultesa, junto con el Centro de Conservación de Biodiversidad Agrícola de Tenerife (Ccbat) y la Universidad de La Laguna, se embarcaron a través de una convocatoria que Cultesa solicitó a la Agencia de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información (Aciisi) "en una línea de investigación conjunta bajo el título Selección y mejora de las variedades tradicionales de tomate de Canarias. Partimos del material de semillas que existían en la colección del Ccbat y, desde el principio, para mí constituyó un reto contar con un material que nunca se había estudiado, almacenado desde hace muchos años, y siendo una de las primeras investigaciones que se hacen en las Islas en este campo".

60 variedades

Detalló que "dentro de este grupo de 60 variedades tradicionales, el tomate de manzana negra ocupa especial relevancia por ser uno de los grandes desconocidos".

Según Amador Díaz, esta variedad, cuya presencia en el Archipiélago data de los años 30, se caracteriza por representar un fruto redondo con forma aplastada en el eje, de color verde oscuro en la premadurez y rojo, con sombras negruzcas en la madurez, con mucha masa y de gran tamaño.

Señaló que en la parte morfológica de esta especie se han analizado "unos 12.000 datos que nos han permitido clasificar estas entradas de la variedad tradicional manzana negra y elaborar fichas varietales donde se incluyen aspectos referentes a la parte vegetativa, inflorescencia, fruto y semilla".

Para la caracterización molecular se contó con la colaboración del Instituto de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (Comav) dada su alta especialización en este campo, aclaró.

"Lo interesante de este proyecto es que se ha partido de un material vegetal, procedente de agricultores canarios de diferentes localidades y bancos de germoplasma nacionales, que forma parte de una colección de cultivos locales, como es el tomate, conservadas en el Ccbat desde hacía mucho tiempo, y que no se habían estudiado antes, por lo que se trata de las primeras investigaciones que se realizan en este campo en las Islas", apostilló

Leonardo Amador también comentó que el estudio de esta variedad antigua de tomate comprende la caracterización morfológica, agronómica, molecular, bromatológica y catas directas con el consumidor tanto en Mercatenerife como en el Mercado Nuestra Señora de África de Santa Cruz de Tenerife.

Leonardo Amador indicó que "actualmente en el punto en el que estamos los resultados nos permiten ser optimistas a la hora de valorizar y promocionar este cultivo de tomate tradicional, aunque hay que continuar en la tarea, sobre todo, a la hora de mejorar la producción. Trabajamos con un material que estaba conservado de hace muchos años, y hay que ir seleccionando las plantas para obtener aquellas que son mejores".

En la actualidad, el tomate de manzana negra, explicó Amador, cuenta con una producción "muy limitada en las Islas y, desde Cultesa, entendemos que con la tendencia actual hacia una agricultura de calidad las variedades locales de tomate pueden tener una salida importante en el mercado. A medio plazo, las variedades tradicionales de tomate estarán más presentes en restaurantes, supermercados, mercadillos y demás. No hay duda".

Para concluir, Amador señaló que "el principal objetivo de Cultesa es contribuir a la mejora del sector agrario y buscar soluciones a las distintas estrategias productivas y comerciales de los agricultores isleños. Cultesa es un claro ejemplo de cómo la investigación se puede traducir en una actividad diferencial, que en este caso, produce productos diferenciados".