El juicio contra el ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi por el caso Mills, en el que el mandatario está acusado de corrupción en acto judicial, quedó visto para sentencia tras rechazar hoy un Tribunal de Milán la recusación de los jueces que los abogados habían solicitado.

Los letrados Piero Longo y Nicolò Ghedini presentaron la recusación después de que los jueces decidieran prescindir de varios testigos de la defensa, así como por el calendario de audiencias establecido por la corte, con el que no estaban de acuerdo.

Con la resolución de este asunto, el juicio llega a su fin, aunque podría no emitirse una sentencia, pues ahora los jueces que llevan el caso tendrán que decidir en la última audiencia del 25 de febrero si el delito ha prescrito o no, y en este último caso dictar entonces la sentencia.

Para los abogados de Berlusconi el supuesto delito prescribió el 3 de febrero, mientras que el fiscal Fabio De Pasquale sostiene que el delito no ha prescrito, y que lo hará entre principios de mayo y mediados de julio, si se tiene en cuenta la fecha en la que se cometió y todos los aplazamientos del proceso debido a la ausencia de Berlusconi por el llamado legítimo impedimento.

De Pasquale pidió el pasado 15 de febrero cinco años de cárcel para el empresario y expresidente del Gobierno italiano por el delito de corrupción en actos judiciales.

El caso Mills se refiere al supuesto pago de 600.000 dólares por parte de Berlusconi a su exabogado el británico David Mills, a cambio de que este falseara a su favor su testimonio en dos juicios a finales de los años noventa, permitiendo que el mandatario quedara absuelto.

Berlusconi ha asegurado que no recuerda haber conocido a Mills porque era uno de los muchos abogados que el grupo Fininvest (de su propiedad) tenía en el extranjero y que los 600.000 dólares corresponden al pago en dinero negro al letrado por parte del armador italiano Diego Attanasio para eludir al fisco británico.

El propio Mills ha declarado en varias ocasiones durante el juicio contra Berlusconi que se inventó la historia sobre el dinero que supuestamente recibió del ex primer ministro y se justificó diciendo que lo había hecho porque temía al fisco británico, pues el dinero provenía de una minuta en negro del armador italiano.

Sin embargo, Attanasio, también llamado a declarar durante el juicio, ha negado todos los argumentos esgrimidos por la defensa de Berlusconi y ha afirmado que el dinero que recibió Mills no era suyo.

El fiscal pidió a la Corte durante su alegato que tenga en cuenta para su veredicto que Mills fue condenado en primera y segunda instancia por mentir en un proceso judicial y en estos se comprobó que lo había hecho previo pago de 600.000 dólares.

Una sentencia que fue corroborada por el Tribunal Supremo italiano, aunque esta corte declaró prescrito el delito.

El caso Mills es uno de los cuatro juicios que Berlusconi tiene abiertos en Milán, junto al caso Ruby (incitación a la prostitución de menores y abuso de poder) y el de Mediaset (fraude fiscal), también tendrá que sentarse en el banquillo por el caso Unipol, en el que se le acusa de participación en la revelación de secreto profesional.