Los ministros de Economía de la eurozona aprobaron ayer, tras trece horas de negociaciones, un segundo rescate de 130.000 millones de euros para Grecia con el fin de evitar así la quiebra del país y su salida de la propia eurozona. Para ello, los helenos han tenido que ceder soberanía a Bruselas en materia presupuestaria. Entre los participantes en el rescate se encuentra España, que, según su responsable de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, contribuirá con un 12%. Aún así, a pesar de estas medidas, Grecia no volverá a la senda del crecimiento hasta 2014.

El compromiso fue posible después de que la banca cediera a las presiones de la UE y aceptara asumir más pérdidas sobre los bonos griegos en su balance, de hasta el 53,5% del valor nominal en lugar del 50% que se había pactado inicialmente. Ello significa que el sector privado perdonará a Grecia alrededor de 106.000 millones.

La quita real pasa así del 70% al 75%, según los cálculos de los analistas. Los acreedores privados han cedido tras las amenazas de Alemania y Países Bajos de una quiebra total de Grecia.

El ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, no dudó en reconocer ayer que el acuerdo alcanzado para desbloquear este segundo rescate supone el más trascendental en la historia del país heleno desde el final de la II Guerra Mundial y "ha evitado un escenario de pesadilla".

"Me pregunto qué hubiera pasado en Grecia, en la eurozona, en Europa y en la economía mundial si tras 15 horas de negociaciones no se hubiera aprobado el nuevo rescate de Grecia", apuntó.

Hasta 2014

Sin embargo, a pesar del nuevo rescate, la economía griega no volverá a la senda del crecimiento hasta 2014 después de una recesión de cuatro años que provocará una contracción acumulada de la riqueza nacional del 17%.

Así, la UE espera que la economía helena se contraiga un 4,5% este año y se mantenga estancada en 2013. Sólo dentro de dos años volverá a haber signos de crecimiento. Los expertos creen también que el paro en Grecia se mantendrá a un nivel persistentemente alto en torno al 18% hasta empezar a bajar en 2014 y 2015.

Para poder beneficiarse del nuevo plan de ayuda, Grecia acepta ceder soberanía a la UE en materia presupuestaria. De esta forma, el dinero del rescate se ingresará en una cuenta bloqueada para garantizar que se destinen de forma prioritaria al pago de la deuda.

Atenas se compromete a inscribir en la Constitución el principio de dar prioridad al servicio de la deuda, como ha hecho España, según destacó el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker. Además, habrá una presencia "permanente" de la UE y del FMI en Atenas para supervisar que se apliquen las reformas.

Para Juncker, este rescate "dará a Grecia el tiempo necesario para seguir una senda creíble de consolidación fiscal y reformas estructurales y permitirá su retorno al crecimiento sostenible y al empleo, al tiempo que preservará la estabilidad financiera en Grecia y en la eurozona en su conjunto".

Por su parte, Olli Rehn, comisario europeo de Asuntos Económicos, señaló que el aumento de la contribución del sector privado a este segundo rescate permitirá cubrir la brecha de financiación que faltaba para lograr el objetivo de reducir la deuda helena del 160% actual al 120,5% en 2020, tal y como habían pedido los líderes europeos. Esto "reducirá sustancialmente la carga de la deuda de Grecia", según Rehn.

El presidente de la propia Comisión, Jose Manuel Durao Barroso, saludó ayer el segundo rescate pactado para Grecia porque ha evitado, a su juicio, un "default incontrolado" del país y confió en que éste sea suficiente para garantizar su viabilidad económica insistiendo en que "las condiciones para que el país tenga éxito están ahí".

"Nadie pone tal cantidad de dinero en préstamos a un país si no cree que va a funcionar", recalcó Barroso en una comparecencia ante la prensa.