Los jefes de Gobierno de España, Mariano Rajoy, y de Reino Unido, David Cameron, mostraron ayer su total sintonía en política económica, con un llamamiento a la UE para que aborde reformas liberalizadoras, y constataron también sus discrepancias en torno a Gibraltar.

Cameron recibió por primera vez a Rajoy en su residencia de Downing Street y, tras un almuerzo de trabajo, ambos comparecieron ante la prensa para subrayar las "magníficas" relaciones de dos países que comparten ahora gobiernos de centroderecha.

El acuerdo fue total en política económica, ya que ambos, junto a otros diez países, firmaron una carta para que la UE aborde políticas que impulsen el crecimiento, pero no tuvo éxito la propuesta de Rajoy para que Madrid y Londres retomen las negociaciones sobre la soberanía de Gibraltar.

"Son los gibraltareños quienes deben decidir su futuro y no hablaremos de Gibraltar sin trabajar con los gibraltareños", manifestó Cameron, para dejar claro que la postura británica no ha cambiado y que no negociará bilateralmente con Madrid sin tener en cuenta a los habitantes del Peñón.

Rajoy fue más lacónico y se limitó a señalar que los ministros de Exteriores continuarán en contacto: "Tenemos posiciones diferentes, pero vamos a seguir hablando en el futuro".

Los titulares de Exteriores conversarán, principalmente, de la posibilidad de que representantes del Campo de Gibraltar participen en el Foro de diálogo creado para mejorar la cooperación en la zona, en igualdad con las autoridades británicas, las españolas y las del Peñón. España quiere modificar el formato tripartito de ese foro creado en 2004 y, según apuntaron fuentes del Gobierno español, Londres no se cerró a esta pretensión a la espera de una propuesta formal del Ejecutivo de Rajoy.