El Parlamento griego inició ayer la tramitación legal del proceso de condonación de parte de la deuda, un proyecto acordado entre Atenas y la UE, pero rechazado por las agencias de calificación y contestado en las calles del país.

Los proyectos de ley para ejecutar la quita, denominada oficialmente Participación del Sector Privado, así como la aprobación de parte de los recortes exigidos por los acreedores, comenzaron a debatirse ayer en el Parlamento, protegido por vallas de seguridad para evitar posibles disturbios.

Aunque las manifestaciones contra los recortes, convocadas para ayer por sindicatos y movimientos de izquierda, fueron pacíficas, la Policía detuvo a 30 personas al desalojar por la fuerza la concentración de unas 1.000 personas de la plaza Sintagma, frente al Parlamento.

En otra concentración, organizada por el Partido Comunista de Grecia (KKE) y sus sindicatos afiliados, se concentraron unas 8.000 personas -según datos de la Policía- que corearon eslóganes como "¡Abajo el Gobierno de la plutocracia!".

"¡No nos convertiremos en esclavos por 400 euros!", rezaba el eslogan de una pancarta, en referencia al salario mínimo neto que cobrarán los menores de 25 años tras el acuerdo entre el Gobierno griego y la troika que forman el Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea (CE) y el FMI.

"¡Fuera la troika! ¡Salgamos de la UE!", proponía una de las pancartas del KKE, tercera fuerza política del país que exige "la cancelación de la deuda" sin ninguna compensación a los acreedores.

El plan de reestructuración de la deuda helena, a la que el Eurogrupo dio luz verde en la madrugada del martes, junto al nuevo crédito de 130.000 millones de euros, significará la condonación de unos 107.000 millones de euros, el 53,5% del monto de los bonos tenidos por grandes bancos y fondos de inversión.

Los bonos serán sustituidos por nuevos títulos griegos con un valor del 30,5% de los actuales, más otros con un valor del 15% emitidos por el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera.

El Parlamento griego tiene previsto aprobar un sistema llamado Cláusulas de Acción Colectiva (CAC) para obligar a todos los tenedores a acogerse a la quita si una mayoría de ellos la apoya.

La agencia de calificación de riesgos Fitch reaccionó ayer ante el plan de quita anunciando que rebaja la nota de la deuda griega al nivel C, a un paso del "impago".

"Fitch considera que si se realiza la propuesta de reducir la carga de la deuda pública de Grecia a través de un canje de deuda con los acreedores privados, constituiría una calificación de impago", según afirmó en un comunicado.

Otras agencias de calificación ya habían avisado de que considerarían un impago la aplicación de los CAC. Esta es la opinión mantenida por los fondos de riesgo que poseen títulos de deuda helena, que amenazan con hacer uso de las permutas de impago crediticio (CDS) si se les obliga a participar en la quita, una posición reforzada ahora por Fitch.

Los grandes bancos

Los grandes bancos, representados por el Instituto Internacional de Finanzas, se muestran más partidarios de la quita, pues esperan que los incentivos que repartirá Grecia y los fondos destinados a la recapitalización bancaria (ambos a pagar con el nuevo crédito) les permitirán paliar parte de las pérdidas.

De acuerdo a los medios griegos, unos 30.000 millones de euros del préstamo internacional concedido a Grecia se utilizarán como "incentivo" para los bancos y otros 23.000 millones para recapitalizar las pérdidas bancarias.

El propio ministro de Finanzas heleno, Evangelos Venizelos, ha reconocido que esta última cifra podría aumentar hasta los 50.000 millones, dependiendo de las necesidades bancarias.

La rebaja de la agencia de calificación Fitch hundió ayer a la Bolsa de valores de Atenas, cuyo índice general cerró la jornada un 5,67% por debajo de la sesión anterior, mientras el índice bancario retrocedió un 12,21% y en los últimos dos días suma pérdidas del 21,38 por ciento.