El abad de Santo Domingo de Silos (Burgos), Clemente Serna, se despedirá mañana de este cargo después de estar casi 24 años al frente del monasterio, en los que ha impulsado tanto la faceta propiamente monacal de este foco espiritual como su influencia cultural.

Serna hará pública su decisión de no continuar al frente del monasterio en una reunión con medios de comunicación que ha convocado hoy, han informado fuentes de la abadía benedictina.

El abad tiene 66 años, de los que 52 los ha pasado en este importante centro espiritual, cuyo nacimiento está documentado en el año 945 aunque se cree que fue fundado en el siglo VII, en la época visigoda.

En sus orígenes recibió el nombre de monasterio de San Sebastián y sus tres pilares fundamentales son el claustro románico, la biblioteca y la iglesia. Su restaurador más importante fue Santo Domingo, que fue abad del mismo entre 1041 y 1073.

Uno de los elementos que reflejan su importancia cultural es su papel en el origen del castellano a través de las Glosas Silenses, comentarios en lengua romance peninsular hallados en el archivo del monasterio y escritos por copistas medievales en los márgenes de un texto en latín.

Las Glosas Silenses, actualmente propiedad del Museo Británico de Londres, datan de finales del siglo XI y, al igual que las Glosas Emilianenses o los Cartularios de Valpuesta, tienen como finalidad aclarar los pasajes oscuros del texto latino. Muchas estudiosos, entre ellos el propio abad, las equiparan en importancia a las Emilianenses.

Con motivo del milenario de Silos, que se celebró en 2001, Serna diseñó un programa de actos que tuvo como principal objetivo mostrar el monasterio a la humanidad como foco de reflexión sobre la trascendencia de los auténticos valores humanos.

Una de sus obsesiones ha sido quitarse el "sambenito" de que Silos fuera conocido básicamente por su canto gregoriano y no por su labor espiritual y cultural, según declaró en una entrevista concedida a Efe.

En el ámbito cultural apoyó un programa de grandes exposiciones artísticas en el monasterio en colaboración con el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Asimismo, recabó todo tipo de apoyos para restaurar y mantener a punto todos los elementos del edificio.

La intención de retirarse fue comunicada a la comunidad religiosa durante la celebración de la festividad de San Clemente, el pasado 23 de noviembre.

Hombre afable y practicante del senderismo como forma de hacer deporte admirando la naturaleza, Clemente Serna se ha ocupado personalmente, durante décadas, de cuidar el ciprés del monasterio -uno de sus principales símbolos- trepando por sus ramas para adecentarlas.