El presidente de Francia y candidato a la reelección, el conservador Nicolas Sarkozy, criticó hoy las 35 horas de trabajo semanales durante su segundo gran mitin de campaña electoral, celebrado hoy en Lille (norte), en el que se dirigió esencialmente a los asalariados.

"El trabajo no se comparte" porque "dividiendo el trabajo no se crean empleos, se destruyen", aseguró Sarkozy en una clara alusión a la jornada laboral que resulta en 35 horas semanales y que rige en Francia desde que fue reducida por un Gobierno socialista en 2000.

Sarkozy, que al igual que el pasado domingo en su debut en Marsella (sureste) se presentó con traje y corbata negra, junto a una bandera de Francia y otra de la Unión Europea y sobre un extenso fondo azul en el que podía leerse su eslogan de campaña (Francia Fuerte), volvió a tomar la iniciativa y se mostró enérgico e impetuoso.

El candidato de la UMP, al que las encuestas dan como perdedor en la cita electoral del próximo 6 de mayo frente al socialista François Hollande, no avanzó ninguna propuesta concreta en casi una hora de discurso, y prefirió insistir sobre ideas como el "respeto del trabajador".

"Quiero ser el portavoz de esa Francia que quiere vivir de su trabajo" y para la que "el trabajo tiene valor", insistió el actual presidente francés ante el público de una localidad de tradición industrial.

Sarkozy, que hasta ahora no había citado el nombre de su rival directo en sus intervenciones públicas desde que anunciara oficialmente su candidatura a la reelección, retó a que le señalaran "un solo logro" de Hollande "en treinta años de carrera política".

"De verdad, ¿se imaginan a François Hollande como presidente de la República?" preguntó retóricamente Sarkozy al auditorio del Palacio de Congresos de Lille, que respondió automáticamente con abucheos.

Más adelante, el aspirante conservador a la reelección se refirió a una Francia que pide "moral" y "decencia" y se comprometió a que ésta sea "respetada en su trabajo" y "reconocida en su mérito".

"Haré todo lo posible para que esa Francia controle su destino (...), voy a protegerla", dijo Sarkozy, que reiteró que "la nómina del trabajador debe ser la prioridad".

El candidato y jefe de Estado defendió su propuesta de someter a referéndum ciertas condiciones para los desempleados, como que los de larga duración tengan que hacer 7 horas de trabajo comunitario semanal para recibir su subvención porque "no hay derechos sin deberes como contrapartida".

"Europa es el corazón de nuestro futuro", señaló en relación con la política exterior un Sarkozy que reconoció que hay cosas que faltan por hacer en Europa, como una "política industrial común".

La personalidad invitada del mitin, antes de al intervención del candidato, fue la eurodiputada Rachida Dati, que recurrentemente ha aireado sus desencuentros con la cúpula de la UMP desde que dejara el cargo de ministra de Justicia en 2009.

"El esfuerzo y el trabajo, ustedes lo han recibido como herencia. La ''Francia fuerte'' son ustedes", señaló Dati, portavoz de campaña de Sarkozy en 2007 y símbolo entonces del aperturismo que buscaba el presidente, al tratarse de una mujer de origen humilde y musulmán.

"La izquierda ha descalificado el trabajo, en beneficio de la asistencia" mientras que "Nicolas Sarkozy está siempre del lado de la Francia que trabaja", aseguró Dati en su regreso a la primera línea política junto al candidato de la UMP.