Rosa María y su hermana María del Carmen llevan 10 años sin vivir en su casa, una inmueble compartido por dos familias que se ubica entre las calles Pista Militar y Minerva, del populoso barrio de La Alegría, después de la riada del 31 de marzo de 2002. Tras su paso han vivido un auténtico calvario porque al día de hoy todavía no han podido entrar en la casa por la que pagan una hipoteca.

Lo cierto es que la historia de las dos hermanas se sitúa tras el mal recuerdo del 31-M, fecha que dejó seriamente marcado el municipio de Santa Cruz por las muertes que se produjeron, lo más importante, y las graves afecciones materiales que se constataron en distintos puntos de la capital tinerfeña.

Como consecuencia de ese evento para olvidar, las vidas de Rosa María, María del Carmen y sus familias cambió y llevan 10 años sufriendo un calvario por una casa que no pueden habitar y de la que han sido desalojadas hasta en cinco ocasiones.

Precisamente, tras la riada el Ayuntamiento de Santa Cruz asumió las obras para reponer unas redes de saneamiento y de pluviales que ya eran de por sí completamente deficitarias.

Comienzan los problemas.- Lo que en su momento suponía la resolución de casi todos los problemas del barrio de la Alegría supuso un hándicap para Rosa María y María del Carmen, ya que acabaron, dicen, "por hundirnos por completo, ya que las obras se hicieron mal, entraban en la casa aguas fecales, malos olores y humedades y la red de pluviales echaba agua que llegaron a afectar la estructura de la vivienda. Esto significó que los cimientos se resintiesen definitivamente y al final han hecho que la casa sea inhabitable para todas las administraciones", explicó la primera.

"Ese mal sellado y un problema en la canalización del alcantarillado en general han provocado que estemos en esta situación y ninguna administración, incluida la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Santa Cruz, nos ha dado solución. Al final nos vemos viviendo en El Sobradillo, con una casa -que estamos pagando a través de una hipoteca- que nos han dicho que se puede venir abajo y sin poder afrontar el alquiler de la otra vivienda", señaló.

En este sentido, las hermanas se sienten engañadas por el Ayuntamiento de Santa Cruz, ya que no han asumido la rehabilitación de la casa, una vivienda que hasta hace unos meses estaba completamente apuntalada para evitar que se viniera abajo. "Ahora hasta han robado los puntales y el peligro de que la casa se venga abajo con el riesgo para las personas es manifiesto. Nos sentimos engañados, porque incluso el actual concejal de Urbanismo, José Ángel Martín, en un primer momento nos dijo que esto no podía seguir así y al final nos está evitando".

Cinco desalojos.- Hasta en cinco ocasiones las familias han tenido que ser desalojados de su casa por las obras de saneamiento realizadas, unas actuaciones que supusieron filtraciones continuas y una merma importante de los cimientos. Esto supuso que los técnicos que han evaluado la casa apostaran por el abandono de la vivienda.

Asegura que vivió situaciones chocantes como que cuando pasaba un camión de alto tonelaje por la carretera frente a su casa, los operarios y los técnicos de obras les desalojaban mientras pasaban. "Entonces, la vivienda está afectada o no. Si está afectada, por qué nadie se ha responsabilizado sobre este asunto y se echan el muerto de uno al otro o simplemente nadie quiere hablar", preguntó.

Además, se les ofreció en su momento la oportunidad de tener una casa social, "pero para eso nos dijeron que tapiáramos la casa para posibilitar que nos tocara una vivienda de protección oficial, cambiar la hipoteca y acabar con esta locura que nos persigue. Al final nos han engañado y estamos viviendo una situación insostenible".

Al final, las hermanas Rosa María y María del Carmen continúan viviendo su particular pesadilla 10 años después, sin casa teniéndola en propiedad y pagando una hipoteca, con un alquiler a cuestas al que ya no pueden hacer frente y sin que el Ayuntamiento de Santa Cruz ni ninguna otra administración se haya hecho responsable.