La oveja Dolly, el primer mamífero clonado, generó una "nueva forma de pensar" en el mundo científico y abrió la puerta a nuevos tratamientos contra las enfermedades, aseguró a Efe su creador, el británico Ian Wilmut.

Hoy se cumplen quince años desde que el anuncio del nacimiento de la primera oveja clónica, a partir de una célula adulta, revolucionara a la ciencia y desatara, a la vez, un intenso debate moral.

Según su artífice, ese experimento "demostró que las células se pueden modificar" y pueden ser estudiadas para eventualmente llegar a entender "enfermedades que aún no comprendemos" y desarrollar una curación.

Mediante el desarrollo de nuevos procedimientos científicos que han tomado como punto de partida el caso de Dolly, Wilmut considera que "quizás en un plazo de entre cinco y veinte años podamos obtener los medicamentos que traten enfermedades como el párkinson o enfermedades neuronales".

De raza "Finn Dorset", la oveja más famosa del mundo nació el 5 de julio de 1996 en el Instituto Roslin de Edimburgo (Escocia), después de que un grupo de científicos extrajera de una célula adulta el núcleo con material genético para introducirlo en un óvulo previamente "enucleado" (al que se le ha extraído los cromosomas) de otra oveja. Su existencia no se divulgó, sin embargo, hasta siete meses después.

Dolly también desató un intenso debate moral acerca de los límites éticos de la ciencia. Murió en 2003 a los seis años porque los científicos decidieron sacrificarla a causa de una infección pulmonar que padecía.