Si uno se pone a recordar detalles con algo de memoria selectiva, reparará seguro entre los tantos y tantos restaurantes que se visitan con una referencia de particularidad inherente que no en todas las ocasiones suele destilar características tan perdurables: arquitectura y entorno.

Si somos rigurosos, esa premisa de los espacios de propuesta coquinaria con caché propio transcienden a la actividad que va a confluir en mesa y mantel. Si el restaurador afina ya con esa personalidad, entonces el objetivo de contentar al comensal está casi conseguido.

Evidentemente, La Casa del Vino, en La Baranda (El Sauzal), es ejemplo latente en forma de la casona rural del siglo XVII magníficamente restaurada por el Cabildo tinerfeño.

Por aquí han pasado formas de gestión y estilos culinarios, y siempre va a ser lugar para dejar tiempos y prisas fuera, con el pretexto de la buena cocina y la suerte de paladear los vinos de Tenerife.

En la nueva etapa, a partir de la renovada concesión que asumen Kim Benchoum y Adriane Blum, se pretende imprimir al restaurante de un nuevo latido tanto en la cocina como en actividades de ocio vinculadas a esa peculiaridad que propicia esta preciosa casa sauzalera.

A falta del lógico ajuste en los engranajes de los fogones y la sala, ésta con Samuel Diard al frente, la carta presenta ahora una apertura a matices de cocina de fusión e internacional que se concilia sin despropósitos con las vertientes tradicionales.

Un cous-cous con bubango al dente y salsa de menta es una muestra de esa línea que, a la vez que franca y sin enrevesamiento, va de la mano con criterios saludables en la nutrición.

De ello, se encarga el chef, César Viera González, que evidencia buena mano a la hora de no recargar innecesariamente un recetario dimensionado y que aún está por completar. Así, una milhoja de verduras apenas salteadas y con un ligero aderezo que dota al conjunto de sazonado agradable.

Un bacalao en punto de cocción correcto y una guarnición en la que emergen matizados los tonos dulzones de las salsas es otra de las opciones de esa vocación por reafirmar lo sencillo, que en cocina es símil de acierto.

En la línea dulce, Viera González elabora un mousse de gofio intachable, de una textura y recuerdos gustativos de los mejores que haya podido probar en mucho tiempo. Tal es así que, créanme, esta especialidad serviría, por sí sola, para recalar en este lugar privilegiado del Norte tinerfeño. Ni que decir tiene que la bodega y referencias de caldos isleños es aquí excepcional.

Un rincón para disfrutar de todas las posibilidades de las cinco denominaciones de origen tinerfeñas y de licores. (La Casa del Vino está ubicada en La Baranda. El horario, de martes a domingo, de 10 horas a 23 horas y el domingo de 11:00 a 23:00 h. 922 56 38 86 / 56 20 76).