El Montañeros, rival de mañana del CD Tenerife, no renuncia a lograr la permanencia, a pesar de ser el último de la clasificación y encontrarse a nueve puntos del equipo situado en el puesto de promoción. Sus planes pasan por sumar todos los puntos que le quedan en su campo, Elviña Grande.

"No es un estadio fácil", advirtió ayer a EL DÍA Álex Suárez, el vicepresidente económico del club coruñés que fue elegido para sustituir al entrenador José Ramón González hace tres jornadas. Y no le falta razón al indicar que el Montañeros no es un anfitrión generoso, dado que solo ha perdido cuatro veces en su casa. Por poner dos ejemplos, el Castilla se tuvo que conformar con sumar un punto y el Rayo B perdió.

¿Qué tiene Elviña Grande? Suárez no oculta que el tipo de superficie es el principal enemigo de los visitantes. "No es sencillo adaptarse al césped artificial, ya que el balón no rueda con velocidad", apunta para admitir que tampoco el Montañeros se siente cómodo compitiendo sobre hierba sintética, pero parte con la ventaja de la costumbre. "Estamos más habituados que los demás y nos sentimos mejor en casa".

Aunque las condiciones no les resultan favorables, el Montañeros procura ser fiel a una "filosofía arraigada", consistente en "tratar bien el balón e intentar controlar el juego con la posesión".

Con todo esto, el técnico confía en superar el obstáculo de mañana, "de los más complicados" de los que le quedan a la escuadra gallega en Elviña, contando con el que el que tendrá en abril al Lugo como contrincante. En el caso del choque con el Tenerife, a Suárez le preocupa la "dinámica tan buena" con la que llegan los de Tébar a esta jornada. De hecho, habría preferido recibir a los blanquiazules un mes antes. "Siempre es mejor encontrarte a los equipos con dudas, porque pueden ser más vulnerables". No será el caso del Tenerife, por su trayectoria en las cuatro últimas jornadas y por otros motivos de peso, como "el presupuesto, la entidad y el objetivo de ascender incluso siendo primero de grupo".