Si alguna persona concitó ayer la alabanza generalizado de todos los grupos fue, sin duda, el interventor, José Gálvez. Su detallado informe de fiscalización del ejercicio 2010 fue resaltado por todos los portavoces o ediles que intervinieron como un magnífico ejemplo de rigor y profesionalidad, sobre todo por sus abiertas críticas al amplísimo número de reparos levantados en ese año y a diversas prácticas que, en su opinión, no son las más idóneas en aras de la transparencia, la democracia y la eficiencia.

Sí se Puede le agradeció que, por su labor, el ayuntamiento "no está peor de lo que, de por sí, está", mientras que José Manuel Corrales aprovechó para reprobar la gestión anterior y pedir que se confíe más en los servicios municipales. "De haberlo hecho, no se habrían gastado 6 millones en la redacción de un PGO que ahora modificamos con los técnicos".

Manuel Fernández (PP) también le felicitó y pidió que los tagorores no solapen los plenos, al tiempo que Guillermo Guigou solicitó que se le hiciera caso a sus recomendaciones, "que ya hacía antes sin éxito".

El edil de Hacienda, Alberto Bernabé, recalcó que muchos de sus consejos ya han sido asumidos y aplicados por el gobierno y anunció que habrá control de ejecución del presupuesto cada 4 meses, firma electrónica y registro de facturas, entre otras cosas.