Iniciamos este editorial con una anécdota cómica, comiquísima. El tesoro del navío "Nuestra Señora de las Mercedes" no le pertenece a España, ni al Perú -de donde procedían los metales preciosos con los que fueron acuñadas esas monedas- ni a Portugal, en cuyas aguas se encuentra el pecio, sino a Las Palmas y, por lo tanto, según el docto criterio del presiente del Cabildo de esa isla, debe ser expuesto, al menos en parte, en la Casa de Colón. Esto es el colmo del ridículo. Esto es para carcajearnos. Es una anécdota de enanos para reír. Están creídos que son mundiales del mundo mundial. No solo los dirigentes políticos, sino el propio pueblo. Están imbuidos de grandeza. Por ahora dejamos las machangadas canarionas y entramos en temas serios.

Manifestaba ayer en una entrevista concedida a EL DÍA el economista y patriota canario Jorge Dorta que "el REF es calderilla a cambio de libertades y bloquea nuestro desarrollo", para añadir seguidamente que Canarias no necesita subvenciones sino libertades. Según afirma, la principal ventaja de nuestra independencia sería "la recuperación de los equilibrios económicos, sociales y ecológicos que perdimos cuando perdimos los puertos francos. Contrariamente a lo que se cree, Canarias aporta más recursos al Estado de los que recibe, normalmente entre 4.000 y 5.000 millones de euros al año. Eso solo justifica económicamente la independencia, pero además, si tenemos en cuenta los recursos naturales que hay en nuestras aguas y todas las actividades económicas que se están desarrollando a nuestro alrededor a las que no podemos acceder por tener el desarrollo bloqueado, creo que la opción independentista no solo no me produce miedo, sino que sería económicamente rentable". Totalmente de acuerdo.

Añade este economista "que la crisis ha puesto al descubierto las contradicciones del colonialismo y el fracaso del modelo de desarrollo de los últimos 40 años basado en el intervencionismo y las subvenciones. Ese modelo ha generado un 30% de paro, más de un 50% de paro juvenil, que uno de tres canarios esté bajo el umbral de la pobreza y que exportemos más ingenieros que plátanos". Esto es algo que estamos viendo todos los días. Por eso considera Jorge Dorta, y nosotros somos de su misma opinión, que el tiempo les ha dado la razón a los independentistas. "Tenemos muy buenos argumentos, pero no sabemos cómo venderlos", afirma. "De hecho, lo que ha existido es incapacidad política. Lo importante no es la meta, sino el camino, y es en el camino donde debe crearse conciencia nacional e inculcar los valores de gobernanza, y respeto a los derechos individuales y colectivos a los que debería aspirar una Canarias independiente. Ahora es el momento para un movimiento cívico que reclame el respeto a sus derechos y soberanía".

Coincidimos también plenamente en el aspecto de la incapacidad política. No nos cansaremos de repetir que estamos gobernados por el político más incapaz que han tenido estas Islas en los últimos siglos. A Paulino Rivero hay que echarlo porque no sirve. "Solo con recortes no se sale de la crisis", acaba de decir este necio político. Qué cinismo el suyo. ¿Por qué no se aplica el cuento? ¿No se da cuenta de que por su culpa, por su incapacidad y por su incompetencia como político ha habido que aplicar recortes que han incrementado las listas de espera y las colas del hambre? Y cambiamos de tema.

En Canarias no hay justicia. No la hay para el periódico EL DÍA. No ocurre lo mismo para otras empresas o entes civiles. Lo podemos demostrar porque nuestros abogados tienen catalogadas y ordenadas debidamente las sentencias en las que algunos delincuentes demandados por nuestro periódico, entre ellos uno que ejerce de profesor en la Universidad de La Laguna, han salido absueltos. Hay varios casos, como decimos. Por ejemplo, el de una magistrada, cuyo nombre no citamos por nuestro respeto a la Justicia y a quienes deben ejercerla, que dictó una sentencia contra EL DÍA en apenas 24 horas; es decir, casi sin tiempo a que concluyese la vista oral. Citamos este caso para que lo conozcan nuestros lectores y para que le sirva de conducto al presidente del Tribunal Superior de Justicia de Canarias. Una sentencia dictada en menos de 24 horas, cuando tantas quejas hay sobre los retrasos de la Justicia. ¿Qué influyó en la jueza para que le pusiera la pistola en el pecho a José Rodríguez y lo obligase a rectificar una información sin tener por qué, ya que la noticia estaba redactada con palabras evangélicas? Estamos hablando de una "información evangélica".

Nos preguntamos si no merece ser expulsada de la Judicatura, como lo ha sido el juez Garzón por prevaricación, una jueza de Las Palmas, cuyo nombre tampoco citamos, que a nuestro juicio ha prevaricado tres veces. La primera vez que lo hizo fue al manifestar en un periódico de Las Palmas que José Rodríguez era un presunto delincuente al calificarlo como racista y xenófobo, influida, o aconsejada, creemos, por una periodista amiga suya. ¿Eso no es prevaricación opinar sobre alguien, y hasta sentenciarlo públicamente y con publicidad, sin haber sido juzgado? ¿No actuó así esta jueza a sabiendas de que estaba prevaricando? Esta jueza fue denunciada ante el CGPJ, que la absolvió por razones obvias de corporativismo.

La segunda prevaricación de esta magistrada, a nuestro entender, ha sido testificar en una demanda contra José Rodríguez Ramírez presentada por su compañero sentimental, en la que se le pedían 150.000 euros de indemnización al editor de EL DÍA por unos comentarios en los que no se cita a la persona. El juez ha reducido esta cantidad a 69.000 euros. Esperamos que en la correspondiente apelación quede reducida a nada o a su mínima expresión. Nos dicen que parece como si hubiera habido una especie de complot -cosa inconcebible que nos resistimos a admitir- entre figuras de la Judicatura para pagarle la hipoteca al supuesto periodista demandante o a su compañera, ya que no sabemos quién de los dos solicitó el crédito. De cualquier forma, esta pena es exageradísima. Basta ver otras sentencias sobre casos similares para comprobarlo. Jamás ha habido otra igual, pero había que castigar a José Rodríguez por defender a los canarios y su dignidad personal ante la irritante y punible falta de respeto del sujeto, pareja o compañero de la jueza.

También prevaricó esta jueza al no inhibirse en una demanda presentada por el editor de EL DÍA contra Teresa Cárdenes, directora de La Provincia, por acusarlo de racista, xenófobo y, además, haber proferido insultos contra él. No solo absolvió a esta periodista; también condenó en costas a José Rodríguez. Habiendo sido denunciada previamente por Rodríguez Ramírez, esta juez no estaba facultada para enjuiciar esta demanda. Ha prevaricado. ¿No debería ser juzgada por el Tribunal Supremo y expulsada del cuerpo, como lo ha sido Baltasar Garzón?