Manuel Caamaño González, un gallego de la comarca coruñesa de Muros que lleva más de 40 años en Puerto Rico, es hoy el propietario de un restaurante construido sobre más de 4.000 metros cuadrados de terreno, lo que, según su orgulloso dueño, lo convierte en el más grande del Caribe.

Tras décadas de trabajo en San Juan como cocinero y empresario, Manolo -como le llaman sus conocidos- regenta "La Casona", un establecimiento ubicado en un edificio de más de 80 años de antigüedad, renovado y transformado en una mansión de estilo colonial, que alberga una de las bodegas más cotizadas de la isla.

"Llegué a Puerto Rico hace más de 40 años desde Nueva York", cuenta este emigrante español, que presume de dirigir un restaurante con un tamaño y unos detalles arquitectónicos sin comparación en el Caribe.

Manolo, que dejó su aldea natal de Lira a los dieciséis años, recrea con "La Casona" el estilo de las viviendas populares de Cantabria y Asturias, aunque, como explica a Efe, con un cierto ambiente tropical gracias a los árboles y la espesa vegetación que favorece el clima de la capital puertorriqueña.

"Comencé con ''La Casona'' en 1971, primero en régimen de alquiler y en 1977 ya con la compra del establecimiento, por 160.000 dólares -unos 120.000 euros- de la época", rememora Manolo.

Este emprendedor se vio obligado a abandonar Galicia por la temprana muerte de su padre y ante las pocas perspectivas de trabajo de la época.

Tras una pequeña escala en Alicante y Tarragona puso rumbo a Nueva York, donde contaba con el apoyo de un familiar, que le ayudó a encontrar trabajo como cocinero en el selecto restaurante del Club de Yates de North Island.

La visita de otro familiar político que vivía en Puerto Rico le hizo poner su punto de mira en la isla caribeña, adonde se desplazó para trabajar en los años 60 en "El Cid", un restaurante de San Juan de dueños españoles y uno de los de más prestigio de la época.

Tras ganar experiencia pasó a otra referencia gastronómica de San Juan de entonces: el "Torre de la Reina", donde trabajó hasta que se instaló por su cuenta en "La Casona".

"Cuando llegué a ''La Casona'' era una casa de huéspedes de unos asturianos en la que tan sólo se hacían algunas comidas", relata Manolo sobre los orígenes de lo que, con los años, se ha convertido en toda una referencia gastronómica para Puerto Rico y para todo el Caribe.

Manolo y su restaurante "La Casona" son hoy conocidos en Puerto Rico gracias a su cocina, pero también a unas instalaciones capaces de dar de comer a unos quinientos comensales.

"Durante estos años han pasado por aquí cocineros franceses, suizos, de países de toda América y, por supuesto españoles", cuenta el empresario gallego, que explica que, además de una selecta cocina, "La Casona" cuenta con vidrieras y otros detalles arquitectónicos poco usuales para un restaurante fruto de un esfuerzo de décadas.

Caamaño González lamenta que la crisis haya golpeado su negocio, al igual que toda la economía de la isla, aunque asegura que su bodega, "la primera de Puerto Rico" aclara, ha ayudado a sobrellevar mejor la difícil situación que atraviesa la región.

"La bodega de ''La Casona'' ha sido referencia para muchos puertorriqueños que han querido reproducir en sus casas lo que hicimos aquí", dice el empresario español sobre la selección de vinos que alberga el conocido restaurante ubicado en Santurce, céntrico distrito de la capital puertorriqueña.

Manolo, a sus 71 años y tras más de cuatro décadas en el negocio, defiende que "La Casona" es más que un restaurante, y que él seguirá trabajando en un proyecto empresarial de cuyo valor arquitectónico se siente muy orgulloso.