El primer ministro ruso, Vladimir Putin, llamó ayer a los ciudadanos a acudir a las urnas mañana para elegir al nuevo presidente del país, en unos comicios en los que él parte como gran favorito a la victoria en la primera ronda. "En las presidenciales del 4 de marzo ustedes decidirán en qué manos poner el destino de Rusia, el futuro de nuestros hijos. Ustedes tienen la palabra", afirmó Putin en una alocución televisiva.

El candidato oficialista, que ya ejerció el cargo de presidente entre 2000 y 2008, aseguró saber lo que hay que hacer para cumplir con los desafíos que Rusia tiene por delante, según las agencias rusas.

"Hay que garantizar la máxima consolidación de todas las fuerzas sociales sin convulsiones ni revoluciones. Alcanzaremos nuestros objetivos si logramos el rechazo absoluto de toda manifestación de injusticia".

Putin añadió: "Lograremos la igualdad de todos y cada uno ante la ley". "Espero que este día cada uno de su opinión, exprese su posición civil y haga una elección consciente", dijo.

Subrayó que el amplio apoyo de la mayoría de la población en los momentos más difíciles para Rusia le ayudó a combatir el terrorismo, restaurar la integridad territorial y superar las secuelas de la crisis económica mundial. Rusia cerró anoche la campaña electoral. Están llamados a votar unos 110 millones de electores.

Temor al fraude

Por su parte, el opositor ruso y campeón mundial de ajedrez, Gary Kasparov, auguró ayer que en las presidenciales de mañana el fraude a favor del primer ministro, Vladímir Putin, será "mucho peor" que en las parlamentarias de diciembre.

"El resultado que obtenga oficialmente Putin será mucho más alto que el real. Todos los colegios electorales han recibido instrucciones estrictas para falsificar y garantizar una clara victoria a su candidato", dijo.

Putin considera que la votación de mañana, en la que el ganador recibirá un mandato presidencial de seis años, "no puede considerarse una elección democrática". "En cada esquina hay información sobre falsificaciones. Y no estamos hablando de la Rusia profunda, sino de Moscú y San Petersgurgo. Las autoridades han perdido todo el sentido de la vergüenza y quieren ganar por cualquier medio".

Kasparov dice que en Moscú el porcentaje de intención de voto de Putin es del 30%, por lo que si el escrutinio muestra que recibe un 50%, será que "han manipulado un millón de papeletas".