El ex director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Mike Hayden, ha indicado en una entrevista que el virus informático que saboteó el programa nuclear iraní fue "una buena idea", aunque no quiso revelar quién patrocinó ese ataque.

Según un extracto de la entrevista publicado hoy por el programa "60 Minutes" de CBS, Hayden, director de la CIA entre 2006 y 2009, reconoció que ahora "hay personas que pueden analizar el virus y quizás intentar utilizarlo para sus propios propósitos",

El ciberataque, conocido como Stuxnet, fue perpetrado con una sofisticada secuencia de programación, que ha sido atribuida a Estados Unidos e Israel, contra más de mil centrifugadoras, que repentinamente dejaron de enriquecer uranio y fueron destruidas en Irán en 2010.

El ataque informático afectó al programa nuclear iraní cuando Hayden, también ex director de la Agencia Nacional de Inteligencia, no era ya jefe de la CIA.

Hayden negó en la entrevista saber quién está detrás de la programación de este complejo virus informático: "admito que era una idea grande. El resto del mundo está mirando y diciendo que claramente alguien ha legitimado este tipo de actividad como aceptable".

El programa será emitido el domingo en la cadena CBS y en el se hablará de cómo Estados Unidos se ha estado preparando para el futuro de la ciberguerra a la que Hayden se refirió como "una nueva fase de conflicto en la que se puede crear una ciberarma para ocasionar destrucción física".

El ataque de Stuxnet, que algunos expertos creen que fue creado con la intención de no revelar su código de programación, destruyó más de mil centrifugadoras en la secreta planta de enriquecimiento de Natanz (Irán).

El programa Stuxnet, que tenía como objetivo infectar equipos de alta tecnología de la alemana Siemens, fue descubierto en julio de 2010 y ahora su código está disponible para expertos en seguridad informática.

Estados Unidos e Israel se oponen al programa atómico de Teherán, que Irán asegura que tiene fines pacíficos, y han aprobado varios paquetes de sanciones para ahogar económicamente al régimen de los ayatolá.