El PP logró ayer en el Congreso de los Diputados que su reforma laboral fuera respaldada por CiU, UPN y Foro Asturias, mientras que fue duramente criticada por la izquierda, que espera poder rectificarla durante el trámite parlamentario de la norma.

El Pleno del Congreso convalidó la reforma -en vigor desde el 12 de febrero- y aprobó que sea tramitada como proyecto de ley.

Tras las votaciones, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se mostró satisfecho con la convalidación y señaló que espera que cuando la actividad económica empiece a repuntar sea "útil" para el "gran objetivo" de su Ejecutivo, que es la creación de empleo.

La aprobación de la reforma se dio en un debate "inevitablemente muy vivo y encontrado", tal y como lo definió el presidente de la Cámara, Jesús Posada.

Esta definición de Posada se produjo después de que la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, hubiese cruzado duros reproches con la portavoz socialista, Soraya Rodríguez.

Báñez dijo que la reforma es "completa y equilibrada", piensa en el "interés general" y pretende contribuir en el corto plazo a frenar la "sangría" del desempleo.

La ministra también resaltó que se ha basado en el diálogo con los sindicatos y los empresarios, y que con ella el despido no será más fácil, sino que será causal.

Rodríguez le respondió que la norma es "inútil" y consideró que plantearla en tiempos de recesión y ajustes es una "barbaridad".

A su juicio, es "desequilibrada" porque supone una ruptura de los equilibrios constitucionales en los que se han basado más de 30 años de negociación colectiva y paz y cohesión social.

Al que sí le gusta es a CiU, porque, según Carles Campuzano, es profunda sin subvertir los principios constitucionales, refuerza la presencia del arbitraje y del poder del empresario, facilita la creación de empleo en las pymes y refuerza el derecho de formación, lo que acerca el modelo español de relaciones laborales al europeo.

Fuera del Congreso, la federación de trabajadores autónomos ATA señaló en un comunicado que la convalidación de la reforma laboral es un "paso adelante", aunque confió en que se puedan introducir algunas modificaciones durante su tramitación que mejoren las expectativas del colectivo.

A quienes sigue sin gustarles la reforma es a los sindicatos CCOO y UGT, que hoy reúnen a sus máximos órganos de dirección para decidir si convocan una huelga general contra ella. Sus secretarios generales en Cataluña, Joan Carles Gallego (CCOO) y Josep Maria Álvarez (UGT), ya avanzaron ayer que se posicionarán a favor de ese paro, para el que esperan un "amplio consenso".